Productores de tomate en Extremadura que abastecían a Carcesa esperan una solución para las factorías de esta marca en la región y cobrar los pagarés que les adeuda —dicen— la empresa de Nueva Rumasa para continuar con su actividad en el sector.

Así lo han expuesto a Europa Press Televisión productores y cooperativistas dedicados a este sector que llevaban años contratando con la planta de transformado de tomate de Montijo (Badajoz).

Uno de los mayores afectados es Eugenio Pérez, que ha pasado de tener su propia explotación agraria junto a su hermano en temporadas pasadas, a trabajar en esta campaña para otro agricultor, puesto que necesita dinero en efectivo para continuar la actividad agrícola.

"Todavía me deben alrededor de 10 millones de las antiguas pesetas del tomate", se queja. Según ha explicado este hombre de campo, en marzo del año pasado le tenían que haber abonado el dinero correspondiente a la campaña anterior, pero al parecer "el banco no quiere los pagarés" que les envía la empresa del grupo Nueva Rumasa y "los vuelve para atrás".

"todos entallados"

Pese a mantener contactos con "el jefe de campo" de esta factoría, persona encargada de gestionar contratos con productores y planificar los cultivos, "todavía no se sabe si se va a cerrar o no", por lo que

"todos los que han cultivado tomate" con esta planta "están todos entallados", además de "parados" y "por desgracia son bastantes", tal y como ha apostillado.

En la misma línea se ha manifestado otro de sus compañeros, Juan Carlos González, también proveedor de Carcesa, al que deben según dice 15.000 euros de la temporada pasada, y quien desde su explotación ha asegurado que han "cortado" relaciones con la planta trasformadora y les han "dejado de abastecer por el tema de los pagos" puesto que también les adeudan dinero.

"Ahora es la fecha de contratación y con el concurso de acreedores no nos atrevemos a contratar más con ellos", según ha confesado este productor, quien ha indicado que hay "bastantes agricultores afectados" por la situación que atraviesa la empresa trasformadora, los cuales "están en mala situación" por "no" poder hacer frente a las "rentas" que han contratado con los propietarios de los terrenos donde cultivan.

Esta situación esta produciendo que muchos agricultores "no tengan para comprar semillas" y que "no cubran la póliza de la campaña anterior", lo que supone "problemas serios" en el mundo del campo, según ha precisado, antes de considerar que "es una pena" que Carcesa "se vaya de la zona o cierre" puesto que activa la economía de la zona.

Por otra parte, Concha Mateos, gerente de la cooperativa de tomate Algorcha, emplazada en polígono industrial de Montijo y que cuenta con 52 productores de tomate, ha explicado que llevaban tiempo comercializando como "proveedores a Carcesa hasta ahora" puesto que este año "no" van a formalizar nuevo contrato con esta marca, ya que aún no les han realizado los "últimos pagos" de temporadas anteriores.

Además, según ha apostillado la responsable de esta cooperativa, la situación que atraviesan las empresas de Nueva Rumasa "no son claras" por lo que prefieren "no contratar nuevas relaciones con ellos", lo que está motivando que unos productores no cultiven más y otros traten de vender su cosecha a otras industrias.

"situación delicada"

En la misma línea se ha manifestado Javier Aguado, presidente de la cooperativa de San Valentín de Montijo, que también se dedica al sector del tomate, puesto que ha precisado que "todavía" tienen pendiente de cobro "la facturación de septiembre" del año pasado, dado que "lógicamente se necesita esa liquidez para poder hacer frente a esta campaña", ha subrayado.

"Espero que los pagarés se puedan hacer efectivos cuanto antes porque si no los agricultores pasarían a una situación delicada", ha argumentado Aguado antes de recordar que "el año pasado" la compañía de seguros que contratan les dio "un aviso" de que podía existir "algún problema a la hora de cobrar" lo acordado.

No obstante, los agricultores "muy fieles a la factoría", quisieron seguir trabajando para la misma, "pensando que esta situación no se iba a producir" por lo que ahora "no es fácil que se vuelva a contratar con Carcesa" puesto que "lógicamente las garantías de cobro son mínimas" y "mucho el riesgo".

Para concluir, Aguado ha advertido de que el cierre de Carcesa motivaría "una situación muy delicada" puesto que "afecta a un montón de trabajadores" y a su vez "a un montón de agricultores que dan mano de obra a muchos jornaleros", por lo que ha confiado en que "la familia Ruiz-Mateos resuelva sus problemas de la mejor forma posible" para evitar "males mayores".