El historiador Fernando García de Cortázar ha apostado esta tarde por "retocar el mapa autonómico" para buscar una única solución a la salida de la crisis económica. "Creo que el Estado debe tener más fuerza y las autonomías deben pensar en la racionalidad de su actuación", ha subrayado.

García de Cortázar ha asumido que "es muy difícil" retocar las Autonomías porque "crean la identidad, no es como diseñar un tren que se puede diseñar por un lado u otro", pero en época de dificultades económicas "el Estado tiene que tener en su mano distintos instrumentos para atajar una crisis que probablemente con 17 respuestas autonómicas no se podría atajar".

En este sentido, ha recordado que el mapa autonómico nació "como efecto de una especie de horror a la centralización de la época de Franco y surge en un momento dado concreto", de forma que en la actualidad, "después de unos cuantos años, no estaría mal que se racionalizara el mapa y las competencias para ahorrar gastos y dispendios", ha opinado.

Fernando García de Cortázar ha participado esta tarde en el Ciclo 'CAI en el siglo XXI. Cuatro visiones de la cultura', celebrado en el salón de actos de Caja Inmaculada en Zaragoza, donde ha pronunciado la conferencia 'La historia como futuro'.

En declaraciones a Europa Press, el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Deusto ha considerado que "la historia no debe ser un objeto puramente culturalista, que a veces ni entretiene, sino que debe ser un elemento importante para los ciudadanos", puesto que es "el mejor instrumento de educación ciudadana".

Por ello, "reivindico una función de la historia sobre el presente y, en definitiva, también para preparar el futuro" porque no sólo se trata de "reconstruir, restaurar o encontrar dedos meñiques de faraones, sino de encontrar los elementos para que nuestra condición ciudadana, en un mundo complicado, sea mejor".

"siglo paradoja"

En su intervención en el ciclo organizado por CAI, García de Cortázar ha realizado un análisis del siglo XX, "de lo que vamos a heredar". Al respecto, ha comentado que es un "siglo paradoja", ya que "nos ha enseñado la parte más violenta del hombre, a través de dos guerras mundiales, pero también aspectos admirables de generosidad y altruismo".

Asimismo, en el siglo XX "hemos visto la capacidad enorme que tenemos de estar informados, pero también de manipulación de la información o de estar desinformados" y, sobre la evolución de la población, ha destacado que el XXI recibe del siglo XX "un mundo ancho y ajeno, que va a vivir en ciudades".

Mientras que el siglo XX comenzó "como un siglo aldeano", las ciudades protagonizan el XXI "y se va a acentuar un poco más este urbanismo. Viviremos en ciudades megalíticas muy importantes", algo que "a veces crea una situación de desamparo que se ha tratado de cubrir o de llenar muchas veces en el siglo XX con ideologías demagógicas o populistas y hay que andar con cuidado", ha advertido.

También ha alertado de movimientos de "exaltación del nacionalismo, xenofobia o el peligro del fanatismo producido por las religiones, por las ideologías religiosas, con un islam muy fecundo y feraz". Estos movimientos "tendrán un desarrollo en el XXI que habría que cuidar", ha recalcado.

En su opinión, la forma de frenarlos pasa, en primer lugar, "por la lección de la historia", de que "es muy fácil destruir. Nosotros fuimos fruto de largas construcciones humanas, filosóficas, religiosas, pero también son fáciles de destruir", ha argumentado, al apuntar que "no hay nada logrado sino que a esta generación le tocará también construir y, por lo menos, mantener y seguir aumentando el desarrollo individual, en grupos, en familias".

En este camino tendrá un papel protagonista la educación, ya que "las naciones perdedoras serán las que no se preparen con educación para llevar adelante el siglo XXI", ha opinado.

Mundo árabe

Por otra parte, sobre las revueltas ciudadanas que se están produciendo en el mundo árabe, Fernando García de Cortázar ha observado que "pensaba que se iban a detener, pero veo que pueden ser una especie de mayo del 68".

Ha agregado que "pensar que algo que al islamismo le está costando, que es la laicización y la modernización del mensaje, probablemente igual ahora se moderniza, cosa que no ha hecho durante siglos, pero hay esa esperanza".

23F Y ETA

En otro orden de cosas, en la semana en que se conmemora el 30 aniversario del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, Fernando García de Cortázar ha recordado como aquel día lo vivió "con una deformación profesional enorme" y es que "me di cuenta de que el tiempo que había transcurrido desde las elecciones republicanas del 14 de abril hasta la insurrección militar del 18 de julio era el mismo tiempo que había transcurrido desde la muerte de Franco, el 20 de noviembre del 1975, hasta esa fecha, prácticamente son los mismos años, meses e incluso días", ha comentado.

En su caso, "entiendo que quizás la perspectiva es distinta de donde lo vivieras. Yo vivía en un País Vasco agobiado por el terrorismo. Nosotros no vivíamos en democracia, porque lo impedía el terrorismo de ETA y el miedo de la gente. Era el triunfo de la miedocracia, peor no se si podíamos estar".

Sobre la tregua anunciada por la banda terrorista, ha remarcado que a ETA "hay que derrotarla, no vale ya un apaño ni un diálogo con ellos" porque "no hay que olvidar que es una banda que ha matado a casi mil personas, que ha atemorizado, amordazado a cientos de miles de personas" y, por tanto, "su palabra es la palabra de un delincuente, de un asesino".

"Para ellos el fin justificará todos los medios", ha estimado, para concluir que "una democracia fuerte tiene que evitar eso y tiene suficientes medios para pensar que estos de la noche a la mañana no van a pasar del asesinato al espíritu democrático y liberal que se supone tenemos los que participamos en el sistema".