La primavera está a la vuelta de la esquina y, mientras la mayoría de los coruñeses esperan con alegría la mejoría del tiempo, hay unos 48.400 que temen lo que está por llegar: las crisis alérgicas. Y es que dos de cada diez vecinos sufren algún tipo de alergia, aunque la más frecuente es la relacionada con los ácaros del polvo, cuya presencia aumenta en primavera.

Y mientras los ácaros proliferan, la asistencia sanitaria sigue por debajo de los niveles que la Organización Mundial de la Salud considera recomendables. La OMS aconseja que por cada 100.000 habitantes haya 3 ó 4 alergólogos. A Coruña lo cumpliría si no fuese porque los siete especialistas que hay en el complejo hospitalario Juan Canalejo tienen que atender a un área sanitaria que va más allá del puente del Pasaje: un total de algo más de 100.000 alérgicos.

Humedad y calor

El ratio de la OMS sitúa entre 15 y 20 los alergólogos que deberían atender a una población en la que no se cumplen precisamente los parámetros más habituales en el resto del país. Aquí lo peor no es el polen, sino los ácaros. Con una humedad ambiental alta, que permite que estos arácnidos microscópicos estén presentes todo el año, la subida de temperatura de primavera facilita que se multipliquen.

Por el contrario, los alérgicos al polen (unos 12.000 en la ciudad) pueden estar tranquilos hasta finales de mayo. Es el mes determinante: si no llueve, el verano será duro para ellos.

«Hay ácaros en todas las casas»

No hay escapatoria. «En A Coruña hay ácaros en todas las casas», asegura el alergólogo Ramón Núñez, que atribuye al clima la proliferación de estos microorganismos. «Para vivir necesitan una humedad superior al 50% y aquí nunca es inferior», subraya, antes de aclarar que «en Castilla no hay ácaros». Ventilar la casa, evitar alfombras y tapizados, extremar la limpieza y usar deshumidificadores pueden reducirlos.

Asma en Os Castros, peor con carbón

Las alergias, en muchos casos, derivan en asma. En el caso de Galicia y también de A Coruña, el principal desencadenante son los ácaros del polvo. Pero en Os Castros hay otro factor que tener en cuenta: el carbón que se descarga en el puerto empeora a los asmáticos.