Era la época del Athletic de Heynckes. Temporada 1992-1993. Julen Guerrero había debutado al principio de la temporada y el equipo gozaba de un puesto alto en la tabla. La satisfacción por el buen fútbol y la casualidad quisieron que se abriera una tradición ya consolidada en Bilbao. «Me habían sobrado cohetes de Nochevieja y se me ocurrió tirarlos», explica.

La Real Sociedad lo lleva haciendo desde hace muchos años, pero no es «ninguna copiada». En Donostia, para que se enteren los marinos, tiran dos cohetes cuando marca la Real y uno cuando lo hace el equipo contrario. Aquí, el ruido sólo acompaña al Athletic. «Sólo falta que me venga el Madrid y tenga que tirar cinco cohetes por ellos», comenta Javi.

El Txakoli Abasolo tiene casi cien años de historia. Los cumplirá en 2013. Ahora, en la calle Vía Vieja de Lezama 98, es la sede de la Peña Zipunpa, «cohete», que surgió a raíz de la curiosa iniciativa futbolera.

Ni el Athletic ni ningún otro organismo le han echado un cable. Los alrededor de 50 miembros de la peña financian los cohetes, a 2,40 euros cada uno. «La satisfacción que me queda es que mucha gente me dice que se entera así de los goles», asegura Javi.

Este año apenas ha tirado cohetes. «Ni comentar lo de segunda división; se me cae el mundo», espeta, dolido con el club.