Los imputados por la caída de una grúa en la calle Real de A Coruña, en noviembre de 2002, que provocó la muerte de dos ancianas, no irán, finalmente, a la cárcel después de que todas las partes personadas —Ministerio Fiscal, acusaciones particulares y defensas— aceptasen una rebaja de las penas.

Ahora, están pendientes de que se materialice este acuerdo en un juicio, para el que todavía no hay fecha, según ha explicado a Europa Press el abogado Antonio Astray, que representa a la familia de una de las fallecidas y a los vecinos de uno de los inmuebles afectados.

El juicio quedó suspendido el pasado día 14 por la ausencia de los herederos de unos perjudicados en este proceso, ya fallecidos. Sin embargo, en esa vista, las partes ultimaron un acuerdo, pendiente sólo de que uno de los imputados le diese el visto bueno.

Para ello, se fijó de plazo hasta este lunes, aunque, según ha explicado a Europa Press el abogado Antonio Astray, a finales de la semana pasada ya se respaldó el citado acuerdo por todas las partes. De esta forma, sólo queda pendiente su materialización en una vista, para la que deberá fijar una nueva fecha el titular del Juzgado de lo Penal número 1 de A Coruña, que lleva el caso.

Penas testimoniales

De los ocho imputados inicialmente, serán seis los condenados por estos hechos, después de que se retirase la imputación para dos operarios de la grúa, "que han sido eximidos de acción penal", ha precisado Antonio Astray.

La fiscalía solicitaba, inicialmente, penas de dos años y siete meses de prisión por dos delitos de homicidio por imprudencia grave y otro de daños, penas que, en algún caso, las acusaciones elevaban a cuatro años. Finalmente, quedarán reducidas, según este letrado, "a penas testimoniales que no suponen prisión y en las que el fiscal no se opone a que sean conmutadas por multas".

No obstante, quedará pendiente la responsabilidad civil, de la que deberán hacerse cargo las compañías aseguradoras. Los únicos imputados son el administrador, el coordinador y el perito de Talleres Hércules -propietaria de la grúa-; el inspector de Atisae -compañía que certificó la colocación de la estructura-, el montador jefe y el gruista.