El 75% de los empresarios gallegos cree que no generará nuevos puestos de trabajo y un 78,52% considera que tampoco ampliará mercados antes de 2014, según los resultados del estudio GEM —Global Entrepreneurship Monitor— relativo a 2009 sobre actividad emprendedora.

El presidente de la CEG, Antonio Fontenla, ha indicado que esas previsiones negativas de los empresarios sobre su crecimiento y creación de empleo se derivan de encuestas realizadas a mediados de 2009 sobre las perspectivas en un periodo de cinco años y ha señalado que "dentro de cinco años no se sabe lo que va a pasar". En este sentido, ha considerado que si la crisis durase tanto "este país va a sufrir muchísimo".

El estudio, elaborado por la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) y la Universidade de Santiago de Compostela (USC), muestra, además, que en 2009 la crisis se dejó notar sobre los empresarios gallegos y el índice de actividad emprendedora (el TEA) cayó un 37% en relación con el año anterior, al pasar del 7,49% al 4,69% y situarse, de este modo, por debajo del promedio estatal (el 5,l% ese mismo año).

El informe, que en Galicia comenzó a elaborarse en 2005, explica que la marca de 2009 es la más baja de las registradas, con lo que se constatan los efectos de la crisis. Las iniciativas incipientes, las de empresas con menos de tres meses, son "las que sufren un mayor retroceso", del 56,2%; mientras que las iniciativas nuevas retroceden un 19,68%.

El porcentaje de abandono de proyectos alcanzó en 2009 el 1,48%, pero en el 49,25% de los casos no significó el cierre de la empresa, sino su traspaso. Por tanto, el estudio sitúa el cese efectivo de actividad en el 0,75%, frente a una media del 1,43% en España. De hecho, Galicia es la cuarta comunidad —tras Asturias, La Rioja y Cantabria— con una tasa menor.

En cuanto a los emprendedores potenciales la tasa se situó en el 3,72%, mientras que fue del 5,45% en el conjunto estatal y era del 6,98% en Galicia en 2008.

El problema sigue siendo la financiación

Así, el documento concluye que "hay que remontarse años atrás para encontrar unos valores tan negativos sobre la creación de empresas" y apuesta por facilitar el acceso a la financiación, las políticas públicas que den confianza a los mercados, y la educación y formación para revertir esta tendencia a la baja.

El conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, ha apuntado, durante su intervención en la presentación del informe, que la administración gallega no pretende tener un papel "protagonista" en la recuperación económica, pues el puesto central debe ser, a su juicio, para las empresas. "El empuje de la sociedad no se planifica, en el sentido socialista, desde San Caetano —sede de la Xunta—; se puede estimular y ayudar a las empresas a competir", ha afirmado.

Galicia se ha caracterizado, ha dicho Guerra, por su capacidad de trabajo y de emprender nuevos negocios y son esos dos valores los que harán a la comunidad "salir de aquí". Además, ha apostado por la productividad y la innovación y ha recomendado "respetar la figura del emprendedor y evitar el miedo al fracaso"

Crecimiento a medio plazo

El informe considera que, aunque Galicia y España siguen tendencias similares, en 2009 la influencia se dejó notar más en la comunidad, por la "dilación" de la repercusión de la crisis. En el futuro, los expertos que colaboran en la publicación, prevén que "la evolución positiva" de la economía repercutirá en un crecimiento del índice de actividad emprendedora, en el medio y largo plazo.

En cuanto a las perspectivas poco optimistas de los emprendedores encuestados, el documento indica que no ayudará a cambiar sus impresiones la recuperación del mercado internacional, pues se trata de empresas que son, en un 80%, "ajenas a los procesos de exportación".

Además, del informe se desprende que el emprendedor medio gallego es hombre, de 37 años de edad, con estudios universitarios y un nivel de renta inferior a 30.000 euros. Sus proyectos se sitúan preferentemente en zonas urbanas (el 82%) y son emprendidas "de forma mayoritaria" por españoles.

Las empresas están, en su mayoría, dedicadas al sector de los servicios orientados al consumo, son propiedad de un solo empresario y sus productos están caracterizados por la "escasa innovación". En cuanto a la mujer, en 2009 se apreció que su participación en el proceso emprendedor se redujo respecto a años anteriores. En cambio, los negocios puestos en marcha por ellas tienen una menor tasa de cierres.