El Gobierno de la Ciudad aprueba el Mapa Estratégico del Ruido

El Gobierno de Zaragoza ha aprobado de manera definitiva el Mapa Estratégico del Ruido de la ciudad de Zaragoza y el Plan de Acción de lucha contra el ruido que lleva asociado, y que tiene como objetivo reducir las emisiones para el año 2015.
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El Gobierno de Zaragoza ha aprobado de manera definitiva el Mapa Estratégico del Ruido de la ciudad de Zaragoza y el Plan de Acción de lucha contra el ruido que lleva asociado, y que tiene como objetivo reducir las emisiones para el año 2015.

Como elemento destacable figura que al documento se ha incorporado un anexo que incluye, de manera específica, el Mapa del Ruido del Aeropuerto de Zaragoza.

El pasado mes de junio se aprobó someter a información pública el Mapa del Ruido durante dos meses, período en el que se realizó una intensa campaña de difusión entre la ciudadanía y las entidades sociales y vecinales. Fruto de ella son las alegaciones que se han presentado, y a las que ahora se les ha dado contestación de forma individualizada y específica.

La integración del ruido en la gestión urbanística, de manera que sea un elemento más a tener en cuenta en el diseño de la ciudad, la reducción de las molestias en las zonas sensibles y la necesidad de preservar las áreas tranquilas son los tres ejes fundamentales que recoge el Plan de Acción contra el Ruido del Ayuntamiento de Zaragoza para el periodo 2009-2015.

El Plan de Acción acompaña al Mapa del Ruido y es una obligación de las normas europeas, traspuestas a las nacionales. Así, se han realizado estudios de vulnerabilidad en diez futuros desarrollos de la ciudad para prever los puntos de sobreexposición y poder adoptar medidas previas a la construcción de edificios, que hagan que el impacto esté controlado.

Las zonas analizadas son Delicias, Santa Isabel, Miralbueno, Margen Izquierda, Casetas, Venta del Olivar, San José-Las Fuentes, Torrecilla de Valmadrid-La Cartuja Baja y San Gregorio.

Respecto a la necesidad de paliar los efectos en zonas ya definidas, el Ayuntamiento de Zaragoza no parte de cero en su trabajo.

De hecho, se utilizan medidas correctoras como la colocación de fuentes ornamentales en entornos de más exposición que ayudan a enmascarar los sonidos no deseados y a aportar elementos visuales más amables. Es el ejemplo de plazas como la de San Sebastián, la plaza del Pilar, o Sinués, entre otras. También se utilizan las pantallas antirruido y las barreras vegetales.

De la misma manera, el urbanismo aporta otro tipo de soluciones, como las derivadas de la orientación de las fachadas de los edificios de nueva planta, colocándolas de espaldas a los focos de ruido o la configuración de las manzanas de edificios, con vías colectoras de tráfico perimetrales, que permiten un cierto sosiego en el interior de las mismas, como el modelo constructivo del Actur.

Incidir en el tráfico

Pero sin duda la gran acción municipal que va a incidir de manera directa en la disminución de la contaminación acústica en la ciudad es el Plan de Movilidad Sostenible, que apuesta por sistemas alternativos de transporte y por medios públicos de gran capacidad.

Se calcula que el tranvía podrá reducir en 4 decibelios (db) el ruido en determinadas zonas de la ciudad (Hay que tener en cuenta que para reducir un db hay que retirar un 20% de vehículos de la vía pública. Bajar 3 db supone eliminar un 50% de tráfico).

Por último, se destaca la necesidad de preservar las zonas tranquilas, compatibles con parques de mediano o gran tamaño. Se estima que la superficie que permite disponer de un ambiente sonoro interno sin influencia de los focos del entorno es de 90.000 metros cuadrados.

Asimismo, se indica que lo deseable es que estas zonas sean públicas y de acceso libre. De todos ellos, parques urbanos, corredores naturales, Zepas, Lics y espacios naturales, el Galacho de Juslibol es el que logra un mayor silencio ambiental en su interior.

El Mapa del ruido de Zaragoza pone de manifiesto que el tráfico es el principal foco de ruido de Zaragoza a gran distancia de las molestias que provoca el ferrocarril o la industria. Asimismo, corrobora que los puntos en los que se concentra la contaminación acústica están en el entorno de los corredores de las carreteras de acceso a la ciudad y en las principales vías urbanas.

Los datos elaborados en este diagnóstico revelan que Zaragoza se sitúa en la media europea. De hecho, el 79% de la población de la ciudad no tiene problemas de exposición al ruido de manera permanente.

No obstante, es preciso abordar las situaciones que exponen a los ciudadanos a más niveles de ruido que los deseados, que se expresan en 55 db por la noche y 65 db por el día. Se calcula que un 21% puede superar en algún grado ese límite en la fachada de su edificio.

De ellos un 1,39% se sitúa 10 db por encima de la medida ideal en la fachada de su edificio, por lo que se van a desarrollar acciones de manera prioritaria para reducir los niveles de ruido. (Se habla de la fachada porque es el punto en el que se toman las referencias para elaborar los mapas).

Este índice de población se reparte entre un territorio geográfico que representa el 21% del término municipal. De esta superficie, un 14,7% corresponde a carreteras de acceso a la ciudad (es el territorio más amplio afectado y el de menos concentración humana); un 6,6% a calles urbanas; un 1,6 al entorno de vías férreas y un 0,3% a la industria.

El Mapa del Ruido evalúa el ruido generado en las calles, en las carreteras, por el ferrocarril y por la industria y suma los resultados para configurar un resultado único. También analiza la metodología de estudio el ruido de aeronaves, ya que, como se ha indicado, se ha incluido como anexo el Mapa del ruido del Aeropuerto de Zaragoza elaborado por AENA.

Además, el Ayuntamiento de Zaragoza realiza gestiones con el Ministerio de Defensa para minimizar, en todo lo posible, las molestias producidas por la actividad de la Base Aérea, que, por ley, queda fuera del ámbito normativo del Mapa del Ruido de Zaragoza.

En realidad, los mapas son planos de isolíneas de niveles sonoros captados a una altura de 4 metros. Se analizan en todos los momentos del día, aunque a la hora de concluir el perfil de la ciudad se estudian de manera preferente los niveles de ruido nocturno, ya que se trata de la franja horaria en la que las molestias tienen más relevancia.

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