Al hombre que ha hecho feliz a tantos niños con sus cuentos le ha salido un enemigo aquí que le ha pintado de verde su cara y entrepierna. El Ayuntamiento pretende limpiarlo hoy con un disolvente. Si Andersen resucitara, quizá no volvería a decir que en ningún lugar se sentía «tan a gusto y dichoso como en Málaga».
Andersen, de verde
La escultura del escritor danés sentado en un banco de la acera de La Marina no ha cumplido ni nueve meses y ya ha sido víctima de un gamberro.
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