Cuestión del sistema

Los apenas mil manifestantes contra la escalada urbanística y el escaso interés que muestran los murcianos en declararla como principal problema en las encuestas tienen varias lecturas.
Una podría ser la confianza en el sistema. Estas tomas de temperatura hechas cuando ya ha comenzado la guerra mediática y política que denuncia irregularidades, corruptelas, tratos de favor, fraudes, transfuguismos, desobediencias, desastres medioambientales, etc., puede ser la causa para que población regional no vea este tema como la cuestión que más insomnio genera. Parece ser que nuestro sistema de libertades y pluripartidismo permite desenmascarar hasta el más pequeño ladrillo corrupto o políticamente incorrecto.

Ahora sólo falta ver si las leyes vigentes son capaces de rematar la faena de forma suficientemente ejemplar como para quitarle a ciertos políticos sin vocación las ganas a de usar su cargo para otra cosa que no sea el bien general. Porque, si no es así, entonces sí que hay que empezar a preocuparse. Siempre nos quedarán las urnas.

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