El índice de juventud y la proporción de hogares con tres o cuatro miembros (padres e hijos) todavía es la mitad que en el resto de distritos. La falta de servicios (supermercados y guarderías) y la sensación de inseguridad disuaden a las familias, según un informe municipal.

Y es que cuatro de cada diez hogares todavía son unipersonales, de los que dos están habitados por personas con más de 69 años, un 80% mujeres.

Y la llegada de inmigrantes, que aquí triplican la proporción del resto de la ciudad, tampoco frena la despoblación, si bien se aprecia un leve repunte de crecimiento demográfico. En 2003, el barrio contaba con 6.160 habitantes, apenas 40 más que hacía seis años, en 1997. A finales de 2005, el censo aumentó hasta 6.210 habitantes.

Uno de cada cinco vecinos viene del extranjero, sobre todo son de origen magrebí y se concentran en las calles San Francisco, Canalejas, San Fernando, Manero Mollá y Castaños.

El plan integral, en cifras

Recuperación de edificios: Desde el año 2003 se han gestionado 69 ayudas para la rehabilitación de fachadas y edificios. Ahora se llevan a cabo un total de 87 proyectos de conservación de inmuebles.

Dar vida a tiendas y comercios: Abrieron 22 nuevos locales comerciales, al tiempo que recibieron ayudas25 locales comerciales y agrupaciones asociativas.

Actividades sociales y educativas: Se han celebrado 146 actividades culturales, formativas y deportivas. Más de 500 mayores participan en 31 actividades especiales diseñadas para ellos.

Oficinas municipales: Se abrió la oficina de información municipal (calle Valdés), la del empadronamiento y la agencia local de desarrollo (calle San Francisco).