La Caja Rural de Granada cerró el ejercicio 2010 con un beneficio de 18,1 millones de euros y una ratio de solvencia del 13,75 por ciento, por encima del ocho exigido por la normativa actual del Banco de España. Así lo ha señalado en rueda de prensa el presidente de la cooperativa de crédito granadina, Antonio León, que ha resaltado asimismo su ratio 'core capital', que alcanza el 12 por ciento, porcentaje muy superior al cuatro por ciento exigido hasta ahora y por encima también de las nuevas exigencias que tiene previsto establecer el Gobierno para esta magnitud, que podrían alcanzar el diez por ciento.

Estas cifras, en opinión del presidente de la entidad, "demuestran su elevada solvencia" en un entorno de crecimiento negativo de la economía y de alta tasa de desempleo, "especialmente grave" en lo que se refiere a su ámbito de actuación.

Según los datos aportados por León, los recursos de clientes de la caja han superado los 3.182 millones de euros, experimentando un crecimiento del 3,3 por ciento, y la inversión crediticia de Caja Rural durante el pasado ejercicio superó los 3.501 millones de euros, experimentando un descenso del 3,6 por ciento respecto al ejercicio anterior. Como resultado de esa evolución, los activos totales de la entidad han crecido durante el pasado ejercicio un 2,5 por ciento, superando los 4.700 millones de euros. La base social también se ha visto incrementada en casi 1.700 nuevos socios, quedando integrada por 97.559 personas.

Asimismo, la tasa de morosidad, una de las cuestiones que más preocupa a las entidades financieras, se sitúa en el 5,19 por ciento, muy por debajo de la previsión inicialmente realizada y de la media del sector, debido a la menor exposición relativa de la entidad al sector de construcción y promoción inmobiliaria y al esfuerzo de la cooperativa por contener esta tasa.

Caja Rural de Granada ha cerrado el ejercicio con una ratio de liquidez del 35,5 por ciento, más de cinco puntos superior a la del año anterior. Al finalizar 2010, contaba con 197 oficinas, tras el cierre de seis sucursales registrado durante el pasado ejercicio, y 823 empleados, nueve menos que en 2009, debido solamente a jubilaciones y bajas voluntarias, en ningún momento a reajustes de plantilla.

Por su parte, el director general, Dimas Rodríguez, ha dado a conocer las principales magnitudes de gestión de la entidad en 2010, un año en el que se ha producido "una notable reestructuración del sector financiero y en el que ha habido exigentes cambios regulatorios en materia contable, de recursos propios y de información".

Saneamiento de activos

Según ha precisado, el beneficio antes de impuestos alcanzó los 18,1 millones de euros, un 25,5 por ciento inferiores a los de 2009. Este descenso ya estaba previsto y ha afectado a la totalidad de las entidades españolas, "a causa del estrechamiento de márgenes derivado de la morosidad y de una situación de bajos tipos de interés atípica, ya que no existe una correlación lógica entre los tipos aplicados para el activo y el pasivo".

"En una situación como ésta, hemos apostado por seguir realizando dotaciones para el saneamiento de activos, de forma que afrontemos el incierto futuro que se acerca con una mayor calidad de nuestro activo. Durante 2010, han sido más de 32 millones las dotaciones netas realizadas, manteniendo un Fondo Genérico de 34 millones de euros, que supera en 21,5 millones el mínimo exigido por la normativa en vigor", ha explicado el director general de la entidad.

Fruto de la "constante implicación" de la plantilla con los objetivos marcados, en 2010 Caja Rural ha logrado reducir los gastos generales en un 6,6 por ciento, lo que ha supuesto más de cuatro millones de ahorro frente al año anterior. Estos ahorros, junto a los resultados "atípicos" obtenidos, son los que han permitido sanear la caja y "detener el empeoramiento de la ratio de eficiencia motivado por el estrechamiento de márgenes".

"El resultado obtenido permitirá seguir dotando al Fondo de Educación y Promoción, de forma que se siga impulsando la promoción del cooperativismo entre nuestros socios. Del mismo modo, también permitirá incrementar nuestro nivel de reservas, nuestra solvencia y, por ende, nuestra confianza en el futuro de la entidad como instrumento financiero al servicio de la sociedad," ha señalado Dimas Rodríguez, que ha informado además de que el activo total de Caja Rural de Granada supera los 4.700 millones, un 2,5 por ciento más que en 2009. El volumen de negocio, cifra que engloba tanto la inversión como los recursos gestionados de clientes, casi alcanza los 7.000 millones de euros al finalizar 2010.

La menor demanda de crédito, un "efecto inmediato de la crisis financiera" ha supuesto una disminución de la inversión crediticia del 3,7 por ciento, si bien, según Rodríguez, Caja Rural de Granada ha seguido concediendo nuevas operaciones de financiación a sus socios y clientes, pero no han sido suficientes para compensar los vencimientos producidos. Según ha resaltado, más de la mitad de los nuevos créditos concedidos lo han sido a empresas, por un importe superior a 1.875 millones de euros.

Caja Rural, ha incidido su director general, mantiene un "fuerte compromiso social", y muestra de ello es que una parte importante de los beneficios de su actividad financiera, se destinan a su Fundación y al Fondo de Educación y Promoción. Durante 2010, la entidad ha destinado a fines sociales más de 3 millones de euros, invertidos en acciones para fomentar la cultura, el deporte, la investigación, la conservación del medio ambiente y a ayudar a los colectivos más desfavorecidos.

La acción social llevada a cabo por Fundación Caja Rural y el Gabinete Técnico de la entidad ha beneficiado durante 2010 a más de 200.000 personas de Granada y la provincia, fundamentalmente, aunque estas acciones también se han extendido a las provincias andaluzas donde está implantada, en Málaga y Almería.