El primer ministro irlandés, Brian Cowen, que abandona la política durante una de las peores crisis económicas de la historia del país, cobrará una jubilación de 150.000 euros anuales. Cowen, de 51 años, abogado de profesión, pedirá este martes a la presidenta irlandesa, Mary McAleese, permiso para disolver la Cámara Baja irlandesa y anunciar la fecha de los citados comicios.

Esta será su última intervención en el Dáil después de 27 años como diputado por la circunscripción de Laois-Offaly (centro del país), lo que le da derecho a recibir una pensión de unos 50.000 euros anuales inmediatamente, ya que supera los 50 años de edad.

Al frente del Gobierno irlandés desde 2008, Cowen también ocupó entre ese año y 1992 las carteras de Finanzas, Asuntos Exteriores, Sanidad, Trabajo y Transporte, servicios por los que recibirá una pensión de unos 100.000 euros anuales, cuyo cálculo se basa en su salario de primer ministro. En total, son 150.000 euros libres de impuestos más un finiquito de 16.000 euros.

Además, como ex "Taoiseach" (primer ministro), Cowen tendrá a su disposición un coche oficial -conducido por un policía- de por vida, dos secretarios pagados por el Estado durante cinco años y, después de ese periodo, un sólo secretario hasta que él quiera.

Tras el rescate financiero de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a Irlanda, Cowen acometió el pasado diciembre un severo programa de ajustes en la economía nacional y, entre otras medidas, redujo en 14.000 euros sus emolumentos para, dijo, "compartir el dolor" con sus ciudadanos.

Cowen cobraba hasta entonces 228.466 euros al año, 57.117 euros menos que en 2009, pero continuó siendo unos de los jefes de Gobierno mejor pagados del mundo, sobre todo si se le compara, por ejemplo, con su colega español, José Luis Rodríguez Zapatero, cuyos ingresos son de 78.185 euros.