Los problemas de contar con un polígono industrial

La falta de un vial adecuado obliga al tráfico pesado a circular por dentro de Sárdoma.
El río Lagares es víctima de la actividad industrial a su paso por la parroquia de Sárdoma.
El río Lagares es víctima de la actividad industrial a su paso por la parroquia de Sárdoma.
M. Vila
El río Lagares es víctima de la actividad industrial a su paso por la parroquia de Sárdoma.
El polígono de Miraflores y la ausencia del vial Seminario-Corredoira, nunca construido, le hacen un flaco favor a Sárdoma, la principal parroquia del distrito número cinco: llenan sus calles estrechas de camiones. Por eso, para los vecinos, sacárselos de encima es una prioridad.

Como si tener menos potencia eléctrica que los demás vigueses no bastase (180 v y no 220 en el 80% de los hogares), también echan en falta aceras, limpieza y un mejor servicio de autobús.

Tienen tres líneas, pero creen que la 21 y la 18 tienen un horario demasiado parecido. Además, quisieran que la 14 bajase hasta Porta do Sol, ya que la calle Venezuela les queda demasiado lejos del centro a los mayores.

Asfaltado en Castrelos

La parroquia de Castrelos es el otro núcleo de población del distrito número cinco, pegado ya al casco urbano. Allí, además de un servicio de transporte público más eficaz, con autobuses más pequeños, pero con más frecuencia, echan de menos lo de siempre: asfalto. Y de paso, una revisión del alumbrado público. No es que sea escaso, sino que proliferan los peligrosos cables bajos y los postes viejos y deteriorados.

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