El delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, ha avisado de que el fin de la violencia de género no es sólo responsabilidad del Gobierno, que hace "todo lo que está en sus manos" para acabar con esta lacra social.

En declaraciones a los medios en la Secretaría de Estado de Igualdad, Lorente ha indicado que el Ejecutivo continuará desempeñando todas las medidas necesarias para terminar con la violencia de género, si bien ha reconocido que la responsabilidad está "compartida" con la sociedad.

"No todo lo que hace falta para acabar con la violencia de género está en manos del Gobierno. Es muy importante esa responsabilidad compartida para que cada uno asuma el papel y la parte que le corresponde y entre todos acabar con la violencia", ha subrayado.

En esta línea, ha querido condenar los tres últimos homicidios cometidos por violencia de género, registrados la pasada semana, en Villacarrillo (Jaén), en Calviá (Baleares) y el de Campo de Criptana, en Ciudad Real, que elevan a siete la cifra de mujeres asesinadas en lo que va de este primer mes del año.

De estas siete mujeres, ninguna había denunciado. En este sentido, Lorente ha señalado que estas mujeres sí que confiaban en la Justicia aunque, a su entender, a veces existe un desconocimiento en las propias mujeres, para hacerlas entender que la Justicia tiene algo que decir y hacer.

También, ha puntualizado que hay muchos casos en los que la violencia está "completamente normalizada" y apartada de cualquier nivel de crítica, como algo que ocurre de vez en cuando en la relación de pareja, generalizado, y no se ve en una circunstancia que les haga ver que tienen que poner la denuncia.

"La denuncia es fundamental y supone medidas para que el agresor se evite para seguir con la violencia y también se pueden dar pasos previos a través de los servicios sociales, información, o asociaciones de mujeres", ha reiterado.

Situaciones "muy características"

En la actualidad, ha detallado que se ha producido un incremento de muertes con unas situaciones "muy características": una concentración de casos con una edad y circunstancias distintas; así como una mayor edad, tanto en las víctimas como en los agresores.

A diferencia de la mayor parte de los asesinatos anteriores, donde las ex parejas eran las que cometían el homicidio, Lorente ha destacado que ahora estas muertes se están produciendo durante la convivencia, o alrededor de un momento de la ruptura.

"Por tanto tenemos que anticiparnos en este tipo de actuaciones con anterioridad para evitar que el futuro quede en manos de los agresores. Tenemos que ser la sociedad la que dirija el futuro hacia la convivencia", ha agregado.

Por ello, ha mandado un triple mensaje: a las mujeres que sufren violencia, para que actúen y tengan ayuda; a los agresores, " unos miserables" que traicionan una relación basada en el afecto y las traicionan para llevar a cabo violencia y acabar con sus vidas; a los entornos de las víctimas a que las ayuden, que es muy difícil que ellas solas puedan salir, y a los de ellos, que no faciliten esa dinámica de violencia.

"Es preferible tener a un amigo o familiar en prisión con la posibilidad de reeducarse y abandonar la violencia que tener a un familiar o amigo en prisión por homicidio", ha añadido.

En su opinión, la sociedad ha de ser consciente de que si matan a una mujer matan a parte de la sociedad porque se limita la libertad, la justicia social, o la igualdad, entre otros aspectos.