El análisis se realizó en  otoño, por encargo de la asociación de padres de uno de estos colegios, y obra en poder de la Generalitat desde primeros de año, tras comunicar representantes de los centros esta «grave problemática» al director territorial de Educación «en dos reuniones», según fuentes próximas a estos encuentros.

La mayoría se edificaron entre 1972 a 1974, al final del franquismo, ante la grave falta de centros públicos. Entonces no se sabía que este material era nocivo.

Emanaciones tóxicas

Alfonso Calera, uno de los principales expertos en Salud Laboral de la provincia, corroboró la «enorme presencia de fibras de asbesto» en «muchos edificios construidos de 1960 a 1970». Para Calera, «lo más típico es que, al contacto con el pulmón, se produzca un mesiotelioma (tumor) pulmonar o peritoneal, si afecta al abdomen». Se trata de un tipo raro de cáncer que puede aparecer 30 años después, pero con una simple exposición, a diferencia de la asbestosis, que requiere de un contacto crónico y repetido.

En estos falsos techos de los colegios, «la uralita se descompone con los años, con riesgo de que niños o adultos respiren fibras de amianto que vuelan». Y advirtió: «No deben desmontarse por personal no autorizado o con gente cerca».

Lo quitarán de los edificios por ley

Profesores y padres esperan  «una contestación urgente y eficaz» de la Conselleria de Educación, donde han dicho «desconocer el tema» por ser anterior al traspaso de competencias del Ministerio a la Generalitat. La Comisión de Sanidad del Congreso aprobó el jueves pasado una ley para eliminar el amianto en edificios, como en Francia. Berlaymont, sede de la Comisión Europea, en Bruselas, acaba de reabrirse tras cuatro años de obras para eso.