Tiene el mérito de ir dirigido a la gente que por edad no me conoce, y mucho menos por los primeros discos. Al haber canciones de todos hay una perspectiva muy amplia. Y no me podía escaquear de poner algunas canciones.

¿Cuál recuerda especialmente el público?

Hay una que me resulta curiosísima: Rufino. Si la sigo haciendo es porque me la piden siempre.

Son 25 años de carrera llena de éxitos. ¿Qué le queda por hacer?

Muchísimo. No me reconozco nada ambiciosa en lo material. No tengo interés en cosas que otra gente casi mataría por poseer, como una casa grande. En cambio, en la música me queda mucho por aprender y eso me hace ser ambiciosa.

¿Cuánto ha cambiado?

Es curioso porque la evidencia de ese paso del tiempo no la tengo, aunque ahí están los discos, los conciertos, los viajes...

¿Mantiene la ilusión?

La ilusión ha ido a más, porque eres más consciente de lo que te rodea. En este último viaje, me han escrito una nota en el avión agradeciéndome lo que hago. Es una cosa maravillosa.

Hay quien lleva fatal eso de que les reconozcan por ahí.

La gente se manifiesta según lo que tú le hayas ofrecido. Pocas veces he tenido un mal rollo. También tengo cuidado de no hacer cosas que motiven que un imbécil se atreva a decirme una imbecilidad.

* Palau de la Música. St. Francesc de Paula, 2. Hoy, 21.30 h. 24 a 48 euros.

Bio

Nacida en Boimorto (Coruña) hace 47 años, editó su primer álbum en 1982. Con el tercero, Luz III, le llegó el éxito, gracias a Rufino. Hace nueve años editó otro recopilatorio llamado Pequeños y grandes éxitos.