El subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, ha informado este viernes de que no se descarta ninguna hipótesis en la investigación sobre la muerte de la menor en Arriate (Málaga), ya que, según ha asegurado, por la información que le ha facilitado la Guardia Civil, "hay huellas que pueden esclarecer quién ha sido: una o varias personas".

López Luna, que ha estado en la presentación del balance de 2010 de la entidad del polígono del Guadalhorce, ha indicado que "es posible" que el caso, sobre el que el juez de Instrucción número 3 de Ronda (Málaga) ha decretado secreto de sumario, pueda resolverse "pronto". "Ojalá sea así", ha apuntado.

Ha recordado a los periodistas que es la Guardia Civil la que está llevando a cabo la investigación, al tiempo que ha lamentado "la muerte violenta de una persona inocente". Por otro lado, aún continúa la autopsia de la menor y los primeros indicios confirmarían que se trata de una muerte violenta, según informaron a Europa Press fuentes cercanas al caso.

El cadáver sin vida de la menor fue encontrado sobre las 19.30 horas por un bombero, que iba acompañado por agentes del Instituto Armado, en el interior de una caseta asociada a una piscina enclavada a las afueras de Arriate. Al parecer, según fuentes cercanas al caso podría tratarse de muerte violenta.

El Ayuntamiento del municipio malagueño de Arriate ha convocado un pleno extraordinario en la tarde de este viernes en el que tiene previsto decretar tres días de luto oficial por la muerte de la menor de 13 años, cuyo cadáver apareció este jueves en el municipio después de estar en paradero desconocido desde las 21.30 horas del miércoles.

La Guardia Civil, la Policía Local y el Consorcio Provincial de Bomberos (CPB) activaron este jueves un dispositivo especial de búsqueda por los cortijos y alrededores para encontrar a la niña. Además, amigos de la joven realizaron una batida conjunta por los alrededores del municipio, concretamente en un vertedero, en un descampado cercano, en el que existe una zanja, así como en una casa abandonada, lugares que la joven solía frecuentar, sin obtener ningún resultado.

Los cuerpos que forman el dispositivo de búsqueda hablaron con los amigos de la joven y analizaron el ordenador personal de una vecina, desde donde se conectaba, así como sus distintas cuentas en redes sociales.