Guerra de mezquitas: Irak, al borde de la guerra civil

Un atentado contra la cúpula dorada de Samarra desencadena una serie de ataques a santuarios suníes que acaban con la vida de seis personas.
La cúpula dorada tras el atentado de ayer en Samarra.
La cúpula dorada tras el atentado de ayer en Samarra.
Efe
La cúpula dorada tras el atentado de ayer en Samarra.
La violencia interconfesional estalló ayer, una vez más, en Irak, dando un paso adelante «hacia la guerra civil» –en palabras del presidente iraquí, Jalal Talabani– a raíz de un atentado sin víctimas contra un importante templo chií.

Las revueltas posteriores causaron la muerte de al menos a seis suníes e importantes destrozos en sus templos. El presidente advirtió de que se trata de una «conspiración para llevarnos a una guerra entre hermanos».

Asesinatos de imanes

A primera hora de la mañana, un atentado con bomba destruyó la mezquita dorada de Samarra, santuario del imán Ali Al-Hadi, uno de los doce grandes del chiismo, levantando la ira de los seguidores de este culto islámico en Bagdad y parte del país. El  ayatolah Alí al Sistani, máximo lider espiritual de los chiíes, hizo un llamamiento a la calma que sirvió de poco.

Las facciones armadas chiíes respondieron a este ataque con el incendio de otras 27 mezquitas suníes en Bagdad y otros puntos del país. En esta venganza murieron hasta seis suníes, entre ellos tres imanes; además, fue secuestrado otro líder religioso, en el centro de Bagdad.

Poco después del primer atentado, las protestas chiíes  en Samarra corearon eslóganes contra las tropas estadounidenses y el Gobierno iraquí. Sistani proclamó siete días de luto e invitó a las manifestaciones «pacificas». Incluso el clérigo Muqtada al-Sadr, líder del Ejército Al Mahdi, interrumpió su visita al Líbano para regresar a Irak. El primer ministro iraquí, Ibrahim al Yafari, condenó el ataque y lo calificó de «acción cobarde contra todos los musulmanes». Las fuerzas de seguridad iraquíes y estadounidenses protegían ayer los enclaves suníes.

- Muertos en cárceles de los EE UU. Cerca de 100 prisioneros han fallecido en Irak y Afganistán bajo custodia estadounidense, según un informe de Human Rights.

Señas de barbarie

Budas gigantes: En 2001 el régimen talibán en Afganistán destruyó dos colosos de Buda esculpidos en roca entre los siglos III y IV.

Muros lamentaciones y Al Aqsa: Los dos momunmentos sagrados del judaísmo e islam han sido  atacados en Jerusalén.

Mostar: Su histórico puente fue destruido en la guerra de los Balcanes en 1993, convirtiéndose en un símbolo de la barbarie.

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