Rendidos al dulce 'made in USA'

  • La imaginación de la repostería estadounidense empieza a triunfar en España.
  • Tartas personalizadas, galletas decoradas o 'cupcakes' glamurosos, la última moda.
Tarta personalizada.
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artesinlimites.es
Tarta personalizada.

Aquellos que piensen que moda y tendencias se limitan sólo al campo de la alta costura se equivocan de lleno. En EE UU, donde cada novedad se convierte en una moda, la originalidad y el estilo han irrumpido también en lo culinario.

¿Quién no se derrite ante un dulce? Toneladas de pasta de azúcar en tonos pastel, bizcochos esponjosos, coberturas cremosas de infinidad de sabores... y grandes dosis de creatividad. O lo que es lo mismo: calorías en estado puro en forma de pasteles, cupcakes y galletas que invitan a hincarles el diente. Imposible resistirse a una lujuria gastronómica de tal calibre, aunque quizá más de uno pueda pensar que pegarle un bocadito a estas pequeñas obras de arte sea un pecado imperdonable.

Sin duda, al otro lado del charco estos dulces se han convertido en un elemento indispensable de cualquier fiesta. Pero no es algo moderno. En los siglos XVIII y XIX ya se hacían por ejemplo tartas de varias alturas y se decoraban, si bien no como hasta ahora. Y es que el hallazgo de ingredientes que tardan más en caducar permite hacer auténticas virguerías. Las pastelerías compiten entre ellas para ver cuál consigue crear el más original y apetitoso para los sentidos. Una tentación anglosajona que también ha contagiado a España.

Elaborar postres siempre ha sido una de las debilidades de Isabel del Río. Cinco años atrás, la empresa en la que trabajaba iba bastante regular. Eso, unido al deseo de hacerle una tarta de cumpleaños muy especial a su hija convirtieron a esta economista en una cake designer (diseñadora de tartas). En esto de esculpir azúcar, ella se considera autodidacta. No obstante, Isabel ha diseñado más de 1.500 tartas y, aunque ha ido a alguna clase, lo que sabe lo ha aprendido a través de Internet. Desde entonces, se dedica a dar formación y ha desarrollado el método keyks, basado en fotografías y vídeos.

La crisis también permitió a Virginia Churruca cumplir el sueño de montar una tienda taller. Siempre que tenía tiempo se escapaba a EE UU o Inglaterra a hacer cursos y allí se instruyó con la aclamada Mich Turner, que ha diseñado pasteles de boda para Madonna, Pierce Brosnan o Paul McCartney, entre otras celebridades.

No hace falta ser un sibarita de la repostería para aprender a preparar estos dulces. «Todo el mundo puede hacerlos en casa y eso es lo que más sorprende». Es más, hay gente que acude, ya no para convertirse en cake designer, sino como terapia para superar depresiones.

Decorar dulces es una ocupación con la que además de divertirte puedes elaborar obsequios para los demás. Es el caso, por ejemplo, de Elena Mora (que confecciona dulces junto a su compañera Elisabeth Nogales): comenzó con la repostería anglosajona para regalarle a su prima una tarta de boda distinta. Uno de los trabajos más raros que le han pedido es un ojo con conjuntivitis, apetitoso aunque no lo aparente.

A la moda del modelaje en azúcar se le ha unido la de las galletas decoradas. Hadas, duendes, zapatos y todo tipo de objetos son susceptibles de salir del horno. María Jacomé se dedica a ello profesionalmente desde este verano.

Con las manos en la masa

1. Para el 'fondant' se ponen 250 g de nubes blancas en un bol con 3 cucharadas de agua. Se mete en el microondas a máxima potencia unos segundos.

2. Una vez disueltas se saca 'la sopa' de nubes y se vierte en otro bol con 300 g de azúcar glas. Se revuelve hasta que quede una masa como de plastilina.

3. Se cubre un bizcocho de yogur con crema de chocolate tapando bien las juntas. También se pueden usar mermeladas y dulce de leche como rellenos.

4. Con un rodillo extendemos el fondant hasta que el tamaño de la masa sea superior al de la tarta. Lo colocamos encima quitando las arrugas.

5. Con 'fondant' de otro color y unos moldes de formas podemos decorarla. En este caso, se ha puesto una cinta alrededor de la tarta.

6. Las piruletas se han hecho aprovechando el fondant que sobraba de la cinta. Basta con introducirle un palo y poner un corazón a cada lado.

Grandes como una taza de té

El cine y la tele las han convertido en una tentación irresistible. Hablamos de las cupcakes, estos muffin decorados de mil maneras que son llamados así porque miden lo mismo que una taza de té. De hecho, antiguamente se preparaban en tacitas para obtener raciones individuales. La cupcake manía no se limita sólo a la mesa: son tan trendy que los diseñadores las usan en sus colecciones. Las fashion addicted enloquecieron al ver en la peli de Sexo en Nueva York el último bolso-joya de Judith Leiber: un cupcake con cristales de Swarovski valorado en 4.295 dólares.

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