La presidenta de Udalbiltza, María Eugenia Agirrezabalaga, ha considerado que el último comunicado de ETA en el que declara un alto el fuego permanente, general y verificable internacionalmente "enciende la esperanza" y "ayuda a abrir las puertas a un nuevo tiempo que necesita y merece Euskadi".

En un comunicado, Agirrezabalaga ha destacado que ETA ha tenido "desde siempre una deuda con el pueblo vasco, la paz". "Una deuda que saldará demasiado tarde, tras haber roto y desgarrado la dignidad de tantas y tantas personas y familias tras haber obstaculizado el derecho a decidir de este pueblo", ha añadido.

A juicio de la presidenta de Udalbiltza, "a pesar de todo, siendo tarde, la declaración de ETA enciende la esperanza". "De una vez y para siempre ayudará a abrir las puertas a un nuevo tiempo que necesita y merece Euskadi", ha defendido.

En este sentido, ha afirmado que no se puede olvidar que la declaración de ETA "ha sido fruto de la evolución de la izquierda abertzale", y así "según parece, algo que no ha ocurrido hasta ahora, la vía política ha superado a la violencia".

También ha subrayado que "por primera vez la balanza se ha inclinado hacia la vía política" y ha recordado que "continuamente el Pueblo ha dado la espalda a una ETA que sin ningún reparo dice hablar en su nombre". "La izquierda abertzale ha sido la última en pedir el necesario abandono de la violencia", ha apuntado.

Además, ha insistido en que la última declaración de ETA supone "un paso positivo" porque "muchos ciudadanos mejorarán su situación personal y porque abre un nuevo escenario para que nuestro Pueblo afronte sus desafíos pendientes".

Tras indicar que "el diálogo y las vías democráticas son nuestros únicos medios y para que estos instrumentos sean viables en un proceso democrático es imprescindible la participación de todas las opiniones políticas", ha advertido de que no se puede admitir "ninguna supervisión de ETA". "ETA no puede ni supervisar ni garantizar la resolución del problema político", ha insistido.

No obstante, ha incidido en que tampoco se puede negar que "la raíz de nuestro conflicto es un problema político, Euskadi es un pueblo y la exigencia de posibilitar el derecho a decidir que conlleva dicha declaración, no supone ninguna concesión a ETA".

Del mismo modo, ha exigido que "se olviden las ilegalizaciones" y se abogue por "conducir Euskal Herria a una situación de paz sin retorno, a una época donde la conculcación de los derechos humanos sea historia pasada".