Espontáneos y frikis: el caso es salir en televisión

  • La fama inmediata que proporciona la pequeña pantalla fomenta la aparición de frikis de lo más variopinto dispuestos a todo con tal de tener su minuto de gloria.
  • Un hombre armado con un cuchillo que trató de entrar en la casa de GH italiano es el último espontáneo célebre.
El espontáneo profesional 'Mocito feliz'.
El espontáneo profesional 'Mocito feliz'.
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El espontáneo profesional 'Mocito feliz'.

Hay personas que por tener su minuto de gloria en la tele "ma-tan", como diría la otra. "Soy un nuevo concursante de Gran Hermano, tengo que entrar". De esta forma, un hombre armado con un cuchillo y un puño americano intentó el lunes por la noche traspasar el perímetro de seguridad que rodea la casa.

Por suerte no era en Guadalix de la Sierra, sino en los estudios de Cinecittà desde donde se retransmite la versión italiana del reality. Al final, el incidente se solucionó con la llegada de los Carabinieri, que se llevaron al intruso a un hospital para determinar su estado mental.

La casa de Guadalix, en el punto de mira

Sin llegar a ser tan dramáticos como éste, a lo largo de la historia del formato ha habido algunos intentos de allanamiento. Recién inaugurada la casa, los primeros grandeshermanos recibieron la inesperada visita de un simpatizante de ETA que gritaba consignas en vasco. Asustados, los inquilinos de Guadalix corrieron al jardín para ponerse a salvo. Desde entonces, las medidas de seguridad se han reforzado y la popular casa es casi una fortaleza.

No obstante, en esta edición un grupo de jóvenes quiso repetir la hazaña. Consiguieron penetrar la valla que rodea las instalaciones y llegar a la parte de atrás de la vivienda. Antes de que el personal de seguridad diese con ellos, tuvieron tiempo de saludar a los concursantes.

En esto del intrusismo hay auténticos profesionales. Por ejemplo, Jimmy Jump, que irrumpió sobre el escenario del Telenor Arena de Oslo en plena actuación de Daniel Diges en Eurovisión. La broma le costó a Jump casi 2.000 euros de multa. Pero no era el primer espontáneo que se colaba en el festival. Ya en el año 1964 un hombre saboteó la actuación de Suiza con un cartel que decía "boicot a Franco y a Salazar".

Las retransmisiones en directo siempre son muy suculentas para los espontáneos –sobre todo las deportivas–, que aprovechan un momento de despiste para aparecer corriendo en medio del campo como Dios los trajo al mundo. Los reporteros a pie de calle también sufren sin inmutarse a estos invitados inesperados mientras derrochan sus habilidades ante las cámaras: saludan a sus seres queridos, bailan, se humillan... Hace unos días, un joven noruego desnudo de cintura para abajo se contoneaba ante tres millones de espectadores mientras un periodista entrevistaba a uno de los responsables del estadio del Rosenborg. Tras su efímera aparición, el chaval fue detenido por la Policía.

Y hay invitados que no dudan en saltarse el guión con tal de tener su minuto de gloria. Patricia Gaztañaga tuvo que padecer a más de uno durante su etapa al frente de El diario de Patricia. Todavía circula por YouTube un vídeo de un transexual que acudió al programa a contar su historia y en medio de la entrevista decidió mostrar en directo sus genitales a toda la audiencia.

Chupacámaras profesional

Ataviado con un gorro de pastorcito y con un número atrasado de periódico, el Mocito Feliz, como todos lo conocen, espera la aparición de un famoso para colarse dentre del plano de las cámaras.

<p>Mocito Feliz</p>Su nombres es Enrique Jiménez y se define a sí mismo como "chupacámaras profesional".

En realidad, Enrique es un quiosquero que en su tiempo libres se dedica a recorrer España en busca de un minuto de fama para luego reconocerse en los programas de cotilleo.

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