Pasadas casi 48 horas desde que un alud de tierras se abatiera sobre San Bernardo afectando a diez barriadas, la esperanza de hallar más supervivientes en el sur de la isla de Leyte empezaba a debilitarse.

Un total de 953 personas siguen desaparecidas, después de que se recobrarán 72 cadáveres, de ellos 35 ya están identificados, y se rescataran a 409 personas, de las que 20 siguen hospitalizadas, según datos de la NDCC.

Miles de evacuados

Hay 2.318 filipinos desplazados acogidos en tres centros de evacuación. Los equipos de rescate en San Bernardo esperan hoy la llegada a la zona de dos buques de la Armada Naval estadounidense, que se unirán a los esfuerzos de salvamento 1.000 hombres, 17 helicópteros, un centro médico y doctores (en el barco) y todo el agua potable que se necesite.

La comunidad internacional (EEUU, España, Japón, Australia, ONU y la Cruz Roja) ha acudido con rapidez al llamamiento de auxilio de Filipinas.

La presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, ha asegurado a las víctima y sus familiares que las operaciones no cesarán hasta que el último de los fallecidos haya sido encontrado y enterrado. La catástrofe se ha atribuido a las intensas lluvias caídas en San Bernardo desde comienzos de febrero, un volumen cuatro veces superior a lo normal, según NDCC.

Aunque Filipinas se encuentra a mitad de camino de su estación seca, el fenómeno climático de La Niña ha originado que varios frentes de borrascas afectaran el país.

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