Su éxito ha pillado por sorpresa a muchos, pero él dice que se lo ha ido forjando poco a poco. «Los comienzos son muy duros. Yo tocaba la guitarra en los tablaos, pero me di cuenta de que con ese sueldo no podía vivir y me decidí a enviar una maqueta a una discográfica», explica El Barrio.

Lo que no cuenta el cantante es que los artistas a los que acompañaba con su guitarra eran gente de la talla de Antonio Canales y Sara Baras, lo que demuestra que con la guitarra también es todo un maestro.

El Barrio visita Zaragoza por segunda vez. «Tengo muchas ganas de encontrarme con el público zaragozano, que seguro que me acoge muy bien», señala el cantante. Presenta su último disco, Las playas de invierno, «una obra completita con un directo muy cuidadito, una noche llena de duendes», dice el gaditano.

El primer disco de El Barrio salió a la calle en 1996, y desde entonces no ha parado. Sus composiciones son del sur y cuentan con las mejores influencias del cante andaluz. «Grupos de rock como Triana y Medina Azahara son mi mayor ejemplo y, de antes, Manolo Caracol y Camarón», afirma El Barrio. Rock andaluz y deje flamenco, inspiración y voz se unirán hoy sobre el escenario para calentar la noche zaragozana con las Playas de invierno.

* Sala Multiusos del Auditorio. Hoy, 22.00 h. 17-20 euros en cajeros Ibercaja.

«La música tiene que evolucionar»

El flamenco ha cambiado mucho, y los puristas están en contra del nuevo movimiento. El Barrio es una pieza fundamental de la revolución andaluza.

«El flamenco es flamenco, pero debe evolucionar. Ya no escribimos a máquina, sino a ordenador. Pues esto es lo mismo. Está bien que surjan nuevos matices, pero sin desvirtuarlo, manteniendo su esencia», explica El Barrio. La música de este gaditano, que él describe como «aflamencada con matices de rock andaluz», destaca por sus letras urbanas, que igual hablan del amor, como de pateras o de malos tratos. Utiliza un lenguaje formal y lírico, pero lleno de expresiones populares y de caló si es necesario, lo que lo acerca mucho más al público joven, que vuelve a engancharse al flamenco.