Orquesta de palo y escoba

Los británicos Stomp traen consigo la energía de la percusión y el humor visual

Brighton, año 1991. Luke Creswell y Steve McNicholas se curten en la animación callejera. En el Reino Unido este oficio se conoce como busking. Creswell y McNicholas ampliaron el concepto de este arte, uniendo al movimiento la música que se puede generar con mobiliario urbano o menaje del hogar.

Así nació el concepto Stomp, con 14 años de recorrido, y que por segunda ocasión se presenta en Barcelona(hasta el 20 de marzo lo hace en el teatro Tívoli). El diálogo entre los ocho artistas que irrumpen tras el telón y el público, lleva el sello del ritmo, la percusión y el humor visual sin argumento. Escobas, mecheros, cubos de basura, tapaderas...

Y también con instrumentos tradicionales. Es el caso de unos grandes tambores. En suma, 15 números que los autores tardan dos años de media en dar una forma definitiva. Comunicando ritmo Los intérpretes de Stomp vienen de diferentes disciplinas. Lo que se les exige es concentración, para no lesionarse o romper utensilios, y un trabajo físico intenso.

Y ante todo, capacidad de comunicarse con el ritmo. La fórmula tiene éxito y como sucede con empresas como la circense Cirque du Soleil, la marca Stomp funciona a nivel planetario. Tienen repartidas cinco compañías por el mundo que giran por 40 países.

Uno de los creadores originales de Stomp (que significa zapatear con el calzado en el suelo) afirmó en la presentación barcelonesa del espectáculo, el martes pasado, que están «muy contentos» de haber influído con su idea en otros artistas. La descarga de energía contagiosa de cada función, sumada a 14 años de tradición, se traduce en un gasto espectacular de utensilios: más de 50.000 cajas de cerillas, 30.000 escobas, 20.000 cubos y 10.000 baquetas.

*T. Tívoli. Casp, 8. Hoy (21.00 horas). 20 a 33 euros.

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