La temperatura media anual en Baleares se incrementará entre 3,6 y 4 grados hasta el año 2100 y las precipitaciones en los meses de verano se reducirá en un 40 por ciento debido al impacto del cambio climático en las islas, según desvela un informe de la Red de Observación Europea en materia de desarrollo y cohesión territorial (EPSON), al que ha tenido acceso Europa Press.

El estudio señala además que a estos fenómenos se sumará la incidencia de unos veranos cada vez más largos, con entre 41 y 50 días más de media al año. Sin embargo, los cambios no se limitan tan sólo a la época estival, sino que las precipitaciones en invierno también se verán afectadas, reduciéndose en un 20 por ciento, lo que dibuja un escenario en el que la escasez del agua y las inundaciones debido a la desertificación podrían afectar de forma notable al archipiélago.

De hecho, el informe recoge estos dos problemas como los principales retos a los que deberán enfrentarse los territorios mediterráneos y alerta de las medidas de adaptación que desde estas zonas deben tomarse para hacer frente a los cambios previstos. Entre ellas, apela a la creación de nuevas infraestructuras que reduzcan el impacto de estos fenómenos.

Asimismo, el estudio señala que el impacto dependerá de la capacidad adaptativa del territorio, determinada por los recursos económicos disponibles, el nivel tecnológico, las habilidades y la formación, las infraestructuras disponibles, el papel de las instituciones y la distribución de los recursos, de modo que una gestión positiva de estas capacidades puede ayudar a mermar estas consecuencias.

Cabe recordar que el pasado 3 de diciembre se presentó en Londres el Informe sobre la vulnerabilidad al cambio climático (Informe Climate Vulnerability Monitor 2010), según el cual la vulnerabilidad de los territorios hacia al calentamiento global en las próximas décadas está aumentando, situando a España junto con EEUU como uno de los países desarrollados más vulnerables a la amenaza de la desertificación.