El vecino de Coristanco (A Coruña) acusado de matar a su ex esposa alega legítima defensa

El fiscal define los hechos como "claro ejemplo de crimen machista" y al procesado de "persona malvada"

El vecino de Coristanco (A Coruña), de 78 años, acusado de matar a su ex esposa, Ubaldina Pazos, en mayo de 2009 en el domicilio familiar, ha alegado que actuó en legítima defensa, durante la primera sesión del juicio, que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña. Mientras, el fiscal ha calificado los hechos, ante el jurado popular que se encargará de enjuiciarlos, como un "claro ejemplo de crimen machista" y ha definido al procesado como una "persona malvada".

Según las acusaciones, Ramón I.G. -condenado a 9 años de prisión en Francia por agredir sexualmente a cuatro hijas del matrimonio- mantuvo una discusión con su ex esposa, de 74 años, en la vivienda que ambos compartían en Coristanco. Aunque estaban separados desde los años 80, compartían casa, según la calificación fiscal, porque a la víctima le daba "pena" por tratarse del padre de sus hijos.

Tanto la Fiscalía como el abogado del Estado, en representación de la Delegación Especial del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer, y las dos acusaciones particulares -que representan a los 8 de los 11 hijos que viven del matrimonio- sostienen que el hombre golpeó a su ex mujer "de forma sorpresiva" con una maza y "en varias ocasiones" hasta ocasionarle la muerte.

Posteriormente, el presunto autor de los hechos hizo la maleta y

llamó a un taxi para que lo trasladase hasta A Coruña, donde confesó los hechos a la Policía. Durante el viaje le dijo también al taxista, que era conocido suyo, que había matado a su ex mujer y que se iba a entregar a la Policía, pero que antes iba a tomarse unos vinos.

"actos monstruosos"

En sus respectivos alegatos ante el jurado popular, antes de la declaración del procesado, el fiscal calificó los hechos de "actos monstruosos" y como "un claro ejemplo de crimen machista", al tiempo que incidió en la existencia de malos tratos físicos y psíquicos hacia la víctima y también hacia sus hijos.

"Ramón es un déspota familiar", ha remarcado el fiscal haciendo suyas las palabras recogidas en la sentencia que le condenó, en Francia, por las agresiones sexuales a sus hijas. Además, ha insistido en que el acusado "sabía lo que hacía", ha recalcado.

Alegato en su defensa

En los mismos términos, se han pronunciado los demás abogados de la acusación, ante los que el acusado se ha negado a declarar. Únicamente ha querido responder a las preguntas del fiscal y la defensa, ante los que aseguró que sólo golpeó "dos veces" a su mujer con la maza y que lo hizo para defenderse. Así, argumentó que, tras pedirle un pantalón porque él se iba a ir a vivir a otro lugar, ella le amenazó con golpearle con un "machete" y que después utilizó "un cuchillo jamonero".

"Le dije que estuviera quieta, que yo no era un cerdo para matarme", argumentó el procesado, quien insistió en que, durante la discusión y tras caer al suelo, cogió la maza que vio próxima a la puerta del dormitorio -donde transcurrieron los hechos- y golpeó a su ex mujer hasta en dos ocasiones.

Sobre el hecho de que, una vez muerta le hubiese colocado las llaves de casa en la boca, señaló que lo hizo "porque me quitaba las llaves y tenía que estar a la puerta como un perro". También atribuyó el carácter "violento" que le imputan las acusaciones a la víctima y negó que antes de estos hechos sus hijos no se relacionasen con él. Preguntado por su presencia como acusación particular, indicó que "están en contra porque les da la gana".

El abogado del Estado pide para él una condena de 15 años de prisión, petición que la Fiscalía eleva a 17 años y los abogados de las acusaciones a 19 y 25 años porque, en este último caso, reclaman que se tengan en cuenta las agravantes de alevosía y ensañamiento. También se solicitan indemnizaciones que oscilan entre los 15.000 y los 80.000 euros para cada hijo.

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