La familia de monos titi de Geoffroy (o de cara blanca) del Acuario Fluvial de Zaragoza ha aceptado con normalidad a las nuevas crías que nacieron hace unos quince días y todos sus miembros "interactúan y ayudan" al desarrollo de estos ejemplares.

La jefa de conservación del Acuario Fluvial, Nerea Sánchez, ha detallado que durante estos días observan y controlan el comportamiento de estos primates y, de momento, no se ha producido rechazo.

En declaraciones a Europa Press, Nerea Sánchez ha relatado que "la madre lleva en su lomo a las dos crías, una a cada lado, y además hay otra hembra que suele ayudar" para puntualizar que "por ahora el macho no ha generado problemas", ya que la ampliación de la familia, a veces, genera cismas.

Esta especialista ha explicado que "es muy importante la interacción de todos los miembros" porque este tipo de monos titíes son "muy familiares y los lazos que establezcan son vitales para la supervivencia de los dos pequeños".

Nerea Sánchez ha señalado que el "cuidado parental en los titíes es largo" para precisar que se alarga más en el tiempo en el caso de los machos hasta que se independizan, motivo por el que este tipo de primates "suelen tener pocas crías".

De la observación que prestan durante estos quince días se aprecia que el "macho come el primero" y para evitar problemas se han instalado dos comederos que, además, "garantiza que todos dispongan de comida".

La dieta se ha enriquecido porque la madre todavía está amamantando a las crías y además de fruta y verdura se les suministra, una vez por semana, huevo duro y pollo cocido o panga (pescado). Además los fines de semana se les proporciona yogur con miel "porque son muy golosos" y arroz.

El habitáculo que se habilitó cuando el Acuario adquirió cinco ejemplares el pasado mes de junio lo han sellado de cara al invierno y además se ha instalado una fuente de calor para que los monos estén a una temperatura constante de 28 grados

Los cuidadores todavía no se han podido acercar a coger a los nuevos ejemplares y tendrán que esperar unos diez días hasta que empiecen a moverse por sí solos.

A simple vista calculan que miden unos 10 centímetros y el peso podría rondar los 30 gramos. Cuando puedan acercarse a ellos conocerán el sexo y en caso de que sean machos Nerea Sánchez ha apuntado que "podrían generar algún problema cuando crezcan".