Premio de la Cámara de Comercio a la Renovación, el negocio, minúsculo, de 3 m2,  tiene una mayoría de clientela, tres generaciones, «fija y de toda la provincia». Y alicantinos que viven en Europa y muchos «ambulantes» o turistas. Su prestigio llegó a la Zarzuela, y la infanta Margarita le compró zapatillas para su dama de compañía. En su día, también María Dolores Pradera.Ofrece espardenyes de La Vall d’Uxó, Morella o Caravaca, de 6 a 30 euros, «aunque también chinas», y la demanda se agita por Sant Joan o Navidad. Y con las valencianas, «que se han puesto de moda para las novias». Relax femenino tras la boda, por 16 euros, pero que «subirán bastante». ¿La moda inmediata?: «Zapatilla de esparto con cinta de más fantasía».

Antes las tuvieron «a dos pesetas, bordadas y de cáñamo, de Mallorca», y también «de carretero, con goma de camión». Ahora queda muy poco cáñamo, «y eso que en Crevillent había extensiones enormes». Encima, el yute «ya no es demasiado bueno».