El consumo del alcohol entre menores disminuye un 18% respecto a 2006 y el botellón baja 5 puntos

El 36% de los jóvenes entre 18 y 30 años de la Comunitat Valenciana hacen botellón, por encima de la media nacional situada en un 30%
Profesora Petra María Pérez
Profesora Petra María Pérez
UV
Profesora Petra María Pérez

El consumo de alcohol entre los menores de 18 años ha descendido un 18% en los últimos cuatros años en España pasando del 68 al 56%, al tiempo que la práctica del botellón entre jóvenes hasta los 30 años ha bajado también hasta cinco puntos. No obstante, las bebidas más consumidas en la calle, en un 71%, son las de alta graduación (solas y combinadas).

Así lo pone de manifiesto el estudio 'Jóvenes y alcohol 2010' presentado este jueves por la investigadora Petra María Pérez del Instituto de Creatividad e Innovación Educativa de la Universitat de València (UV). A pesar de que las cifras indican un descenso "positivo" en la ingesta de bebidas alcohólicas, la profesora recuerda que todavía beben más de la mitad de los menores, un dato que "no nos deja tranquilos".

"El lema es seguir avanzando y concienciando" para evitar un consumo irresponsable de bebidas alcohólicas, y en este sentido ha resaltado el papel de los padres en educar sin demonizar y hablar sobre el alcohol, enseñando a sus hijos a "superar la frustración" sin necesidad de una copa y fomentando su autoestima "desde los primeros años", antes de la adolescencia, ya que los que caen en la adicción son "personas que no son capaces de tomar decisiones responsables" y de tener autocontrol, ha advertido.

Según el informe, los jóvenes toman bebidas alcohólicas mayoritariamente los fines de semana, especialmente bebidas de alta graduación (solas o combinadas) en un 92%, y en menor medida, un 54%, las de menor graduación, como son el vino, cerveza o sidra.

Pérez ha puesto de manifiesto diferencias en la pauta de consumo de este tipo de bebidas, de modo que entre el 63 y el 55% prefiere el vino y la cerveza para el aperitivo, almuerzo o cena, y a mayor edad, se va incrementando este porcentaje asociado a la ingesta de alimentos y a las costumbre mediterráneas. Por el contrario, en el horario nocturno solo consumen estas bebidas fermentadas el 24% de los jóvenes.

En concreto, las de alta graduación van asociadas a locales de ocio como pubs o discotecas, mientras las de menor graduación suelen pedirse en restaurantes y cafeterías.

En cuanto a la frecuencia, se deduce que los jóvenes que consumen bebidas de alta graduación concentran su consumo en tres veces al mes o menos (asociado al fin de semana), mientras las bebidas fermentadas se espacian a lo largo de la semana.

En la calle, el consumo ha disminuido cinco puntos desde el año 2006. Concretamente, el 30% de los jóvenes ha afirmado hacer botellón y elige en su mayoría bebidas destiladas (71%). Sin embargo, se observan variaciones en función de las comunidades autónomas, siendo Baleares la que menos lo practica (9%), frente al 43% de Castilla-La Mancha, donde está más extendido. También la Comunitat Valenciana supera la media nacional con un 36%.

Perfil del botellón

La profesora Pérez ha descrito el perfil del joven que hace botellón: un estudiante (51%), que vive en el domicilio familiar (79%), de clase media. No es un antisistema, ni en general pertenece a ninguna tribu urbana.

Ante esta situación, la profesora ha abogado "sin duda" por la prevención —que apoyan el 97% de los encuestados— frente a las medidas prohibitivas, que para un 87% pueden causar el efecto contrario. "Hay que informar y educar sin demonizar y desarrollar actitudes y creencias adecuadas", ha indicado Pérez.

En este sentido, ha destacado el papel fundamental de los padres para desmontar los "mitos" existentes entorno al alcohol, y "contrarrestarlos desde la familia y la escuela". Teniendo en cuenta el "valor" que los jóvenes de ahora dan al "cuerpo bello", las campañas inciden en las consecuencias del alcohol respecto a los problemas de hígado, en el desarrollo biológico, haciendo saber que pueden crecer menos y que les saldrán antes las arrugas. AUTOESTIMA,

Frustración y decisiones responsables

Pérez ha subrayado la importancia de que los padres "no pasen por alto" estas conductas, a pesar de que su hijo les diga que "controla" o simplemente para evitar el "conflicto". Según la experta, "hay que hablar" del tema, sin demonizarlo, "es importantísimo que los padres generen en su hijos creencias adecuadas" ante el alcohol, pues es algo que se van a encontrar y "la actitud precede a la acción", ha sentenciado.

En este sentido, ha abogado por la buena comunicación entre padres e hijos "desde los primeros años, antes de llegar a la adolescencia", para que al llegar a esta etapa ese vínculo no se rompa. no se trata de realizar un pronóstico negativo para el hijo sobre el que han puesto tantas expectativas, ha puntualizado, pero sí "evitar ese mal pronóstico".

Los padres han de enseñar a sus hijos a "superar la frustración" sin necesidad de una copa y trabajar que tengan una "buena autoestima", de no ser así, los hijos tendrán más facilidad para caer en la adicción", ha alertado. En su opinión, quienes caen en un consumo irresponsable son "personas que no son capaces de tomar decisiones responsables", a las que hay que enseñar a superar la frustración, dilatar la gratificación y trabajar el autocontrol.

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