Tanto es así, que en los hospitales públicos hay listas de espera de hasta cuatro meses para hacerse esta operación «ya que, al no ser algo urgente, tienen preferencia otras operaciones, además hay pocos quirófanos», apunta una uróloga de la sanidad pública.

Más que el año anterior

Esta espera lleva a los hombres a recurrir a la privada. Un ejemplo, sólo en la clínica Mediterránea se realizan de 400 a 500 vasectomías cada año, más o menos la mitad de las 828 que se hicieron en los hospitales públicos de la Comunidad en 2004. Pero aún son pocos hombres (103 en Alicante y 719 en Valencia), en relación a las 1.562 mujeres a las que se les practicó una ligadura de trompas.

Sin embargo, durante el primer semestre de 2005, el número de vasectomías en Alicante superó las de todo el año anterior (fueron 112) y las 447 vasectomías de Valencia quedaron muy por encima de las 409 ligaduras del mismo periodo.

La misma doctora explica: «cada vez son más los que piden hacerse una vasectomía, lo que demuestra que el control de la natalidad ya no sólo recae en ellas».

Además, «la cirugía que se usa en la intervención masculina es mucho menos agresiva que la de las mujeres». Como curiosidad, los hombres «son más miedosos» y reticentes. También son reacios a decirlo en público.

El intríngulis de cada operación

La vasectomía se realiza con anestesia local y dura menos de 15 minutos. Consiste en dos incisiones en las ingles por las que se seccionan y ligan los conductos por los que pasan los espermatozoides. No requiere ingreso y las molestias son mínimas. La operación se puede deshacer. En el caso de la ligadura de trompas, se hace con anestesia general, requiere hospitalización y conlleva algunos riesgos. Se cortan y ligan las trompas de Falopio, impidiendo el paso del óvulo.