Obra de José Caballero recoge "la memoria de una época esplendorosa y la tragedia de la guerra", según Marían Madrigal

Presenta 'La memoria no es nostalgia', una biografía del pintor onubense, ganadora del Premio Antonio Domínguez Ortiz
La profesora Marian Madrigal
La profesora Marian Madrigal
LUIS SERRANO
La profesora Marian Madrigal

La doctora en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid Marian Madrigal, que presenta este martes en Madrid el libro 'La memoria no es nostalgia. José Caballero', ha afirmado que la obra del pintor onubense recoge "la memoria, tanto de una época esplendorosa que había tenido la suerte de vivir intensamente, como de la tragedia de la guerra, que siempre muestra como aniquiladora de la vida y de la cultura".

En una entrevista concedida a Europa Press, Madrigal, merecedora con este trabajo del Premio Antonio Domingo Ortiz de Biografías 2010, que concede la Fundación José Manuel Lara con la colaboración de Ibercaja, ha añadido al respecto que a Caballero "no le gustaba quedarse anclado en la nostalgia sino avanzar siempre hacia adelante, por ello nunca paró de buscar y experimentar".

'La memoria no es nostalgia. José Caballero', que presenta este martes en Madrid, coge el título de una de las últimas obras de José Caballero, el cual resume los sentimientos que le llevaron a hacer la mayor parte de su obra. Además, Madrigal ha resaltado que el título hace un guiño al movimiento de recuperación de la memoria histórica que ahora mismo se está dando, confesando que éste "no sólo se debería centrar en el ámbito político sino en todos, incluyendo la creación artística".

Por otro lado, ha manifestado que la vida y la obra de Caballero están "estrechamente relacionadas". La biografía, según ha indicado, presenta la obra del pintor nacido en Huelva en 1915 como "una unidad, dando coherencia a las diversas etapas artísticas de su trayectoria, que hasta ahora sólo se habían visto y estudiado como compartimentos estancos".

En este sentido, ha reiterado que para entender esa continuidad hay que tener en cuenta "la fuerte influencia" que ejerció sobre él el ambiente y los artistas de los años anteriores a la guerra. En aquel tiempo, Caballero, que llegó a Madrid en 1931, tuvo unas vivencias culturales y personales que le marcaron profundamente, resaltando que "la guerra fue una brecha desgarradora en todos los aspectos de su vida, interrumpiendo su actividad pictórica, la cual cuando retoma recoge todo un bagaje cultural que influiría decisivamente en todas las etapas de su obra y aparecerá cómo una seña de identidad de su pintura".

Del mismo modo, Madrigal ha señalado que cuando a finales de los 40 se desencantó del surrealismo, pasaron casi diez años hasta que, después de una larga evolución, llegó a las materias y la abstracción a finales de los 50. Con el informalismo y el manejo de las materias encontró, según ha comentado, un lenguaje totalmente personal que fue como "una vuelta a las raíces, un retomar el hilo conductor que se había roto con la guerra", comenzando, a juicio de la autora, "la época más prolífica y más interesante".

NERUDA,

García lorca y los hermanos buñuel

En la capital de España se encontró con un gran movimiento cultural, cayendo en uno de los centros más vivos del arte del momento, el taller de Vázquez Díaz, de la mano de quien aprendió a pintar y conoció a grandes creadores y artistas como Federico García Lorca, Pablo Neruda, Maruja Mallo, Alberto Sánchez o Miguel Hernández, entre otros.

"El mundo espontáneo y vital, lleno de creación, de gracia y de ingenio en el que vivía entonces, desapareció bruscamente con la guerra", ha afirmado, resaltando que Caballero fue de los pocos artistas de ese momento que se quedó en España y cuando volvió a la pintura, recogió todo aquel ambiente cultural, aunque con un lenguaje adaptado a ese momento.

En este sentido, ve "emocionante" comprobar cómo al volver los exiliados comprendieron perfectamente su pintura informalista, en la que veían el mundo en que vivieron y la guerra que había acabado con todo. Pablo Neruda, que como él había tenido unas vivencias similares y una evolución poética parecida a la que había sufrido la pintura del onubense, sabrá captar el significado de su obra abstracta, en la que se recogía la esencia de aquella cultura y la tragedia de la guerra que acabó con todo, en el poema 'A José Caballero desde entonces 1970', con el que abre la publicación.

Asimismo, ha incidido que cuando Caballero llegó a Madrid en 1931, el surrealismo estaba en todo su apogeo, introduciéndose de lleno a través de García Lorca, Neruda y de los hermanos Buñuel, Luis y Alfonso, quien le enseñó un libro de collages de Max Erns que le impactó en lo más hondo. cree que en sus dibujos el pintor onubense "siempre buscaba hacer una denuncia del ambiente convencional y represivo de la burguesía, oponiéndose así a cualquier tipo de rebeldía".

A pesar de esta influencia, según ha precisado, el pintor pensaba que "el surrealismo le había llegado fundamentalmente de Andalucía, pues creía que el andaluz tenía un carácter ya de por sí surrealista, unas actitudes, unas contradicciones y una forma de expresarse muchas veces sorprendente que entraban dentro del más puro surrealismo". Caballero "siempre buscaba hacer una denuncia del ambiente convencional y represivo de la burguesía que se oponía a cualquier rebeldía en sus dibujos surrealistas", ha dicho.

En este sentido, ha añadido que después de la guerra siguió con el surrealismo, pero para "mostrar sus sentimientos más hondos", dándose cuenta pronto que esta corriente "había perdido su capacidad subversiva, quedando vacía de contenido". Entonces, Caballero comenzó una búsqueda para encontrar un lenguaje más plástico con el que poder comunicarse de forma directa y rotunda. Años más tardes, concretamente en los sesenta, comenzó con "el informalismo y el manejo de las materias", aunque, ha aclarado que "siempre conservó un clima surreal en todas las etapas de su pintura".

"pintor y escritor"

Madrigal, que ha realizado su tesis doctoral sobre el pintor onubense, cree que éste es "un artista fundamental del siglo XX español" y por tanto ve "muy pertinente" este estudio, "no sólo por la potencia que se desprende toda su pintura sino también porque es un pintor insólito en España", ha afirmado. "Caballero fue el único que partió de las vanguardias de la anteguerra, recogió su esencia y evolucionó hasta encontrar la abstracción", ha añadido, comparando su evolución a la del surrealismo europeo, que se transformó en el expresionismo abstracto americano después de la II Guerra Mundial.

El libro, editado por la Fundación José Manuel Lara y que cuenta con el prólogo de Caballero Bonald, recoge numerosos escritos inéditos de Caballero, que además de pintor fue "un excelente escritor", dejando diarios, cartas, y reflexiones sobre su vida y su obra, entre los que ha destacado los manuscritos en los que relata las conversaciones que mantuvo Lorca sobre el proceso de creación del 'Llanto por Ignacio Sánchez Mejías', reflejando la estrecha colaboración y la manera de trabajar que repetirá en las ilustraciones que hiciera para otros poetas como Neruda o Bergamín.

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