Miles de zaragozanos, en su mayoría mujeres, se acercaron ayer a la iglesia del Portillo para rendir culto a Santa Águeda y comprar los tradicionales dulces que conmemoran su festividad.
Media docena de puestos lucían las famosas tetas, rellenas de crema y nata, en los alrededores de la iglesia en donde se conserva el supuesto cráneo de la mártir. A pesar de las largas colas, los zaragozanos no se quisieron perder esta festividad que cada año gana más adeptos.
Santa Águeda es venerada por las mujeres católicas, que le piden fecundidad y buena suerte en los partos.
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