El sistema permitiría identificar a los delincuentes que escapan con facilidad por las callejuelas del histórico barrio que, por sus peculiaridades, alberga idóneos escondrijos para los ladrones. De hecho, la Policía pudo localizar al agresor de las dos estadounidenses y detenerlo gracias a las cámaras de un establecimiento de la zona, según fuentes cercanas al caso.

«Estamos analizando la viabilidad del proyecto y si finalmente se lleva a cabo queremos contar con el apoyo de todos», aseguró Valenzuela. Por eso, han solicitado reunirse con el subdelegado del Gobierno central, Antonio Cruz, «para solventar dudas legales», que también deberán consultar con Cultura.

Detractores

No obstante, la medida tiene detractores entre algunos vecinos, que opinan que el sistema atenta contra la intimidad. «Queremos vivir tranquilos y que los turistas no tengan miedo», justificó el presidente de la asociación, que está analizando experiencias similares en otras ciudades como Santiago de Compostela.

Joven y extranjera

Es el perfil habitual de las víctimas de los robos en el Albaicín. El delincuente, que suele pernoctar en alguna casa abandonada del barrio, ataca a las jóvenes (normalmente son estudiantes) con una navaja, casi siempre al mediodía y en callejones escondidos del barrio.