La cafetería es el otro punto de encuentro del campus. En la de Socioloxía, los alumnos debaten en corrillos el planteamiento más acertado a las preguntas que acaban de responder. Y en los pasillos, más vacíos que de costumbre, un profesor atiende las clásicas dudas antes del examen de antropología.

Algunas pruebas, sin embargo, ya comenzaron la semana pasada en titulaciones como Derecho, que hizo exámenes parciales para eliminar materia en los de junio.

Más concentrados

La elección del lugar de estudio es algo muy personal, aunque el paso por el campus es obligado para encontrar apuntes de compañeros.

Pero «en casa, imposible», dice Estela Rodríguez, estudiante de Empresariales, «tengo la tentación de ver la tele, tirarme en el sofá y dormir».

Rebeca Lage. Derecho: «Tenemos cinco exámenes ahora en febrero, desde matemáticas a contabilidad. El próximo es de función financiera, este miércoles. Los preparo en la biblioteca, y así puedo estar con mis compañeras de clase».

Adrián Castro. Sociología: «En la biblioteca me concentro más y encuentro a gente con la que intercambiar información. A la cafetería vendré menos ahora, porque ya no hay clases. Y por la noche paro para descansar y aprovecho para ver la tele».

Marcela Fernández. Derecho: «En casa no encuentro mucha concentración, prefiero la biblioteca. Estaré hasta las cuatro de la tarde, luego iré a trabajar. Y después tendré que seguir en casa hasta la una o las dos, a ver lo que aguanta la vista».

Martín Iglesias. Sociología: «En casa no hago nada. Yo sólo estudio en exámenes y prefiero venir a la biblioteca por las mañanas para dormir por la noche. Hoy toca psicología social. Estaré en la biblio hasta el examen, y luego, a descansar».