La Guardia Civil ha intervenido una partida de 107 botellas de vino con etiquetas falsas en una localidad próxima a Burgos. El autor de la estafa, valorada en 105.000 euros, cambiaba las etiquetas originales por otras de un vino de mucha mayor calidad y de mejor introducción en el mercado europeo, con un precio que superaba los mil euros por botella.

El estafador, A.A, de 26 años, buscaba primero los compradores, principalmente en Europa, y acordaba con ellos la cantidad de botellas que deseaban.

Una vez hecho el pedido, adquiría vino de buena calidad, cuyo precio rondaba los 35 euros por botella. Después, duplicaba y falsificaba etiquetas del vino que le habían pedido los clientes y sustituía las etiquetas originales por las copias.

Los clientes desconocían la procedencia del vino y la estafa a la que eran sometidos. El envío del vino se realizaba de forma legal, de manera que se pudo localizar la mercancía y cotejarla con el producto original.

Así, se descubrieron diferencias en el tipo de botella, en la cápsula de precinto y en la etiqueta de denominación.

La investigación comenzó hace unos días, cuando el director de un hotel denunció que un cliente se había marchado sin pagar y había destrozado parte de la habitación. En la inspección, los agentes encontraron indicios que hicieron sospechar de que el cliente fugado se dedicaba a actividades clandestinas a gran escala.

Poco después se supo que el sospechoso había comprado en una distribuidora de vinos de gran calidad una partida de 120 botellas por un valor que rondaba los 4.000 euros.

El joven permanece en paradero desconocido y se enfrenta a un delito contra la Propiedad Industrial y de Estafa en grado de tentativa, por lo que se ha emitido una orden nacional de identificación, localización y detención.