Un registro del placer

Los pacientes del curso de deshabituación tabáquica tienen deberes para casa: apuntar el gusto que obtienen de cada pitillo y no aceptar tabaco ajeno.
.
.
Foto
.
Ana Portillo y sus compañeros se marcharon ayer del ambulatorio de la calle Cuba con tareas para casa. A partir de hoy, tendrán que apuntar cada cigarrillo que fuman y evaluar de cero a diez el placer que les proporciona. Además, tendrán que intentar fumar sólo 3/4 partes del pitillo y procurar que las caladas sean superficiales y no «profundas, hasta el pie», explica Ana.

Sólo tabaco propio

Con estos «deberes», los instructores quieren desmitificar el tabaco. «Nos han dicho que el objetivo no es quitar las ganas de fumar, sino aprender a controlarlas», dice.

Para acostumbrarse a rechazar el tabaco que les ofrezcan, también les han recomendado que fumen sólo su propio tabaco. No vale pedir ni aceptar si alguien ofrece.

«Lo controlo bien porque sigo fumando» Ana Portilla. Fumadora desde hace 30 años. En las últimas dos semanas ha reducido su consumo de tabaco de 30 a diez cigarrillos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento