El dirigente de Batasuna Joseba Álvarez ha negado que el acto celebrado en el velódromo de Anoeta en noviembre de 2004 tuviera como propósito ensalzar a la banda terrorista ETA y ha mantenido que su único objetivo era presentar una "propuesta de paz" que él luego llevaría al extranjero como responsable del área internacional de Batasuna.

El ex parlamentario del grupo Sozialista Abertzaleak, que está siendo juzgado este jueves en la Audiencia Nacional, junto a Arnaldo Otegi y a Joseba Permach, acusado de enaltecimiento del terrorismo en relación con el acto celebrado en el velódromo de Anoeta (San Sebastián), ha subrayado que en el velódromo escuchó consignas procedentes de una masa "abrumadora" a favor de la independencia del País Vasco y de la vuelta a casa de "presos políticos" pero que, por el contrario, no recuerda haber oído 'Gora ETA' durante el acto.

De este modo, ha enfatizado que el objetivo era presentar una propuesta de paz y responder así a "una demanda social mayoritaria" y ha destacado el "éxito" cosechado al anunciar este propósito.

Además, el procesado ha rememorado los vídeos visionados durante el mitin, en especial el que revivía "la historia del país desde el bombardeo de Gernika" y en el que aparecían imágenes de líderes de la izquierda abertzale ya desaparaecidos. "No había ningún símbolo ni el anagrama de ETA", ha asegurado.

Alquiler del velódromo

Álvarez ha admitido que se responsabilizó de iniciar los trámites necesarios para alquilar el velódromo y ha añadido que, para ello, se puso en contacto con el ex edil de Batasuna Iñigo Balda. Según ha dicho, asumió el cargo al haber sido funcionario del área de normalización lingüística del Ayuntamiento de San Sebastián y conocer el "entramado municipal".

"El hombre que me materializó los trámites era Balda", ha señalado, para agregar que le entregó el contrato firmado —en cuya redacción ha dicho no haber participado— y que le trasladó la intención de celebrar "un acto político".