Un 61,4% de vascos, diez puntos más que en 2009, cree que los inmigrantes afectan negativamente a la seguridad ciudadana

Gobierno vasco cree necesario frenar prejuicios que se extienden "sin base real" y desarrollar políticas sociales y de empleo "inclusivas"

Un 55,7 por ciento de los vascos considera que la presencia de personas extranjeras en Euskadi genera inseguridad y delincuencia y un 61,4 por ciento cree que la llegada de inmigrantes afecta negativamente a la seguridad ciudadana, lo que supone 10 puntos más que en 2009, según datos del Barómetro Ikuspegi/Observatorio Vasco de Inmigración, organismo impulsado por el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales, en colaboración con la UPV/EHU.

El director de Inmigración del Gobierno vasco, Miguel González, y el vicerrector del campus de Bizkaia, Carmelo Garitaonandia, han presentado este miércoles en Bilbao el último barómetro Ikuspegi, junto a los autores del estudio, Xabier Aierdi y José A. Oleaga. En total, se han realizado, durante el pasado mes de mayo, 1.200 encuestas a domicilio (400 por territorio) en 29 municipios (6 alaveses, 11 guipuzcoanos y 12 vizcaínos).

Según los datos de esta encuesta, el 44,4 por ciento de los vascos manifiesta que la llegada de inmigrantes a Europa puede resolver efectivamente los problemas derivados del envejecimiento, a la vez que un 68,8 por ciento (casi cinco puntos mayor que en 2008 y ocho puntos más que en 2007) está de acuerdo en que se benefician "excesivamente" del sistema de protección social. Asimismo, un 42,6 por ciento cree que las personas inmigrantes pagan menos impuestos de lo que luego reciben, frente al 18 por ciento que piensa lo contrario.

Un 58,9 por ciento cree que la llegada de más personas extranjeras puede empeorar su seguridad, un 48,7 por ciento piensa que le puede afectar a la hora de acceder a una ayuda social, un 44,3 por ciento piensa que puede originar más esperas en los hospitales, un 48,1 por ciento opina que le puede repercutir en el suelo y un 44,7 por ciento que le puede dificultar el acceso al trabajo o a una vivienda (41,3%).

Un 2,8 por ciento de los encuestados menciona espontáneamente la inmigración como primer problema de Euskadi y un 15,4 por ciento lo engloba dentro de los tres problemas principales que existen actualmente en el País Vasco, por detrás del paro (82,4%), los problemas de índole económica (34,6%), la vivienda (21%) y ETA (20,9%). La consideración de la inmigración como problema se sitúa por encima de 2008 (7,2%) y 2009 (12,9%) y es superior en cuatro décimas a la de 2007 (15%).

Cuando se suministra un catálogo de problemas a elegir tres de ellos, el de la inmigración asciende al 20,2 por ciento y crece su importancia relativa como problema, más de 6 puntos que el año pasado. En primera opción es citado por un 6 por ciento, el doble de cuando se considera problema en Euskadi de forma espontánea.

La importancia como problema de la inmigración se reduce, en cambio, cuando se consulta sobre si constituye o no un problema personal, un 1,8 por ciento más que el año pasado. De esta forma, en primera opción, la inmigración es un problema para el 1,2 por ciento de los vascos y en conjunto, el 8,2 por ciento afirma que la inmigración de supone un problema personal. Los problemas que más menciones reciben a nivel personal son el paro (47,3%) y las cuestiones de índole económica, con un 39,5 por ciento.

Según el barómetro, los vascos estiman que el 16,9 por ciento de la población vasca es extranjera, cuando el porcentaje de empadronados a enero de 2010 es del 6,4 por ciento. Un 80,7 por ciento de la población vasca estima que el número de extranjeros es demasiado o bastante, sin diferencias relevantes con respecto a años anteriores. Tras informarles del porcentaje de extranjeros empadronados, la cifra de los que piensan que son demasiados o bastante desciende al 57 por ciento, frente al 60,9 por ciento en 2009.

Un 20 por ciento de los encuestados elegiría un lugar para vivir en el que nadie fuera de una raza o grupo étnico distinto a la mayoría de la población vasca, un 68 por ciento donde algunas personas fueran de una raza o grupo distinto al de la mayoría de la población vasca y un 4 por ciento un lugar en el que muchas personas fueran de una raza o grupo étnico distinto al de la mayoría de la población vasca.

En general, la población vasca es de la opinión que su relación con la población extranjera no ha sufrido cambios en el último año (57%), aunque son más quienes creen que han empeorado (26%) que quienes dicen haber mejorado (13%). La cifra de personas que creen que sigue igual ha bajado 9,5 puntos desde 2008 (66,5% en 2008 y 62,6% en 2009) y la cifra de quienes creen que ha empeorado ha aumentado más de 10 puntos (14,6% en 2008 y 19,3% en 2009).

Un 53,7 por ciento de los encuestados relaciona a la mujer inmigrante con Sudamérica y un 66 por ciento considera que las personas extranjeras en comparación con las vascas son más machistas.

Un 45,1 por ciento opina que los inmigrantes extranjeros de otros grupos étnicos enriquecen la vida cultural de Euskadi, un 20,9 por ciento que sus prácticas religiosas ponen en duda "nuestro estilo de vida" y un 26,4 por ciento creen que, para ser aceptadas, las personas inmigrantes deberían abandonar su cultura y costumbres.

Acceso a servicios y derechos

Un 70,1 por ciento de los vascos es partidario de que todos los inmigrantes tengan acceso a la asistencia sanitaria (el 28,2% sólo para los regularizados), un 63,4 por ciento cree que deben tener acceso a la educación y un 38,1 por ciento a asistencia jurídica (34,5% y 51,8% sólo las personas regularizadas, respectivamente).

Un 61,9 por ciento dice que deben recibir ayudas sociales solamente los inmigrantes en situación regular y un 63,8 por ciento es partidario de que voten sólo si están regularizados. Lo mismo ocurre cuando se habla de acceso a VPO, donde un 59,5 por ciento cree que pueden optar a estas viviendas protegidas si están en situación regular.

Un 8,6 por ciento de los vascos es partidario de no poner ningún obstáculo legal a la entrada de los inmigrantes, a la vez que un 6,2 por ciento apuesta por impedirla por todos los medios. El 82,6 por ciento se muestra favorable a permitir la entrada a cambio de que posean un contrato de trabajo. En ese sentido, un 54,7 por ciento es contrario a que se expulse del país a un inmigrante que se queda en el paro, aunque un 47,1 por ciento es partidario de la expulsión en caso de la comisión de un delito (60,5% en 2009).

Un 14 por ciento está de acuerdo en regularizar a todos los inmigrantes sin papeles y un 61 por ciento en regularidad sólo a las que tengan trabajo. De esta forma, la sociedad vasca sigue vinculando trabajo y admisión de trabajadores extranjeros y esta vinculación es cada vez mayor: en 2008 sólo el 45,8 por ciento asociaba regularización a trabajo y en 2009 el 56 por ciento. PREJUICIOS

Tras la presentación de los datos, el director de Inmigración del Gobierno vasco, Miguel González, ha señalado que los datos reflejan "una imagen de ambivalencia, de rasgos abiertos y tolerantes de la sociedad vasca", junto a "opiniones restrictivas, que van aumentando". "Este es el punto donde nos toca estar vigilantes y debemos establecer diques de contención frente a prejuicios que, algunos de ellos, se van extendiendo sin base real", ha subrayado.

González ha considerado necesario "lanzar un combate a esos discursos y a la extensión de ciertos prejuicios que, en el fondo, pueden ser caldo de cultivo para la xenofobia y el racismo, que supone un torpedo en la línea de flotación de la cohesión social y la convivencia", así como "desarmar los discursos con tintes xenófobos y racistas, basados en prejuicios y no en información veraz".

El responsable de Inmigración ha señalado que "el reto" es el desarrollo de políticas sociales y de empleo "inclusivas, universalistas, que sepan gestionar la diversidad, pero que hagan una puesta clara y decidida por la integración laboral de las personas".

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