En vez de colapsar las urgencias y disparar las bajas laborales por enfermedad, este invierno la gripe está brillando por su ausencia. En la segunda semana de enero (últimos datos disponibles), los médicos centinelas de la región habían detectado 15,2 casos por cada 100.000 habitantes, cuando el umbral epidémico se sitúa por encima de los 90. El año pasado a estas alturas se registraban 350 casos por cada 100.000 madrileños.

 

La actual incidencia de gripe convierte esta temporada en la más benigna (por ahora) de los últimos 15 años, junto con la de 2000-2001, cuando sólo se registraron tres semanas de actividad epidémica: a finales de febrero y a principios de marzo. Aunque no están claras las causas de esta baja incidencia de la enfermedad, podría estar relacionada con la prevención de los ciudadanos ante el temor de resultar contagiados por la gripe aviar.

Los médicos, en alerta

La Consejería de Sanidad, sin embargo, advierte de que aún es pronto para hacer un balance fiable de esta temporada. «Todavía estamos expectantes; mantendremos la vigilancia hasta mayo», explicó a 20 minutos María Ordovás, jefa de la Sección de Enfermedades Transmisibles. «La gripe es complicada y es imposible hacer previsiones».

En parecidos términos se manifestó ayer Paulino Cubero, portavoz de la Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria: «Todavía es pronto para cantar victoria. Lo normal es que algo de gripe haya todavía, pero previsiblemente no tendrá una incidencia muy alta».

El Gobierno regional no baja la guardia y mantiene activo el dispositivo antigripe que preparó a comienzos de octubre. En los hospitales de la comunidad hay reservadas 715 camas de apoyo, de las que 500 ya estás listas. Esta temporada, por primera vez, la inmunización fue gratuita para mayores de 60 años y embarazadas en el segundo y tercer trimestre.

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