El otoño es una buena época para plantar en general en las zonas de clima cálido, incluso mejor que la primavera. Plantando a principios de otoño posibilitas que las lluvias de invierno se ocupen del riego y se establezcan para cuando llegue la primavera.

Eso sí, puedes plantar en cualquier época del año árboles y arbustos si vienen en maceta o contenedor. Pero nunca plantes muy apretado porque luego es perjudicial por la competencia por el espacio, la luz, el agua y los nutrientes del suelo que se produce entre los diferentes ejemplares de plantas. Debes separarlas para que puedan desarrollarse adecuadamente, tanto los árboles, los arbustos como las herbáceas, ya que este es un error muy frecuente.

Es preferible tener paciencia, separarlas más y en el caso de los arbustos, plantar en los huecos plantas de temporada. Todo para no tener luego que eliminar o trasplantar la masa vegetal que se forme. Además, deberás escoger plantas para sol o para sombra según la luz que tendrán. En general, las plantas con flor necesitan más sol.

Por otra parte, en condiciones difíciles de viento fuerte elige especies duras y protégelas. Asimismo, anota las fechas cuando siembres o plantes algo. Y si es necesario, proporciona algo de sombra a las especies más sensibles instalando una malla de sombreo. En las semanas posteriores a la plantación deberás incrementar el riego considerablemente. Después puedes rociar las plantas regularmente para aumentar la humedad general pero no si el sol está en todo lo alto, sino por la mañana temprano o al atardecer.

Ante todo piensa que las plantas tienen que aclimatarse a su nuevo sitio, pasando cierto tiempo hasta que vuelven a retomar su ritmo natural de crecimiento. Dales tiempo.

Trasplantes

A la hora de trasplantar una especie determinada es preferible elegir un día nublado y fresco. Además, el día anterior de extraer la planta riega para humedecer la tierra y que la tarea resulte más sencilla. El terreno que recibirá la planta debe ser cuidadosamente preparado, y para ello debes remover la tierra y abonarla.

Tras el trasplante es indispensable regar en abundancia, y podar la parte de la copa para evitar que una excesiva transpiración pueda marchitarla.