La Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ha asegurado este viernes que en Asturias no existe ninguna presa que tenga por objeto laminar avenidas, son todas de uso hidroeléctrico y alguna de abastecimiento.

Aún así, en ningún caso, apunta la CHC "llegado el momento de abrir las compuertas y soltar agua, sale más agua del vaso de la presa, de la que esté lloviendo en ese momento. Es decir, cuando se produce una suelta, no se vacía el vaso de la presa, si no que simplemente, cuando ésta se llena, deja de retener el agua que le está entrando por lluvia en ese momento".

En este sentido, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico señala que el comportamiento de los embalses durante el último episodio de lluvias, "no sólo no empeoró la crecida, sino que contribuyó a laminarla".

Habida cuenta de las voces alzadas sobre el papel de los embalses y su gestión en el agravamiento de las avenidas en algunos cauces asturianos por las lluvias de los últimos días, la CHC considera necesario explicar cuál es, en un episodio de lluvia ordinario, como el que aconteció, el protocolo de actuación, así como la influencia de las sueltas sobre los cauces afectados.

Normas de explotación

Todas las presas cuentan con un conjunto de normas de explotación aprobadas por el MARM, en las que se establecen cuáles son en cada caso las curvas de máximo y mínimo nivel de agua, y cuándo se hace necesario soltar agua. Es esa misma normativa la que define el protocolo de avisos sobre la apertura de compuertas de las presas.

La Confederación Hidrográfica del Cantábrico, en este caso, es la responsable de velar por el cumplimiento de las normas de explotación de las presas, siendo responsabilidad de los titulares de las mismas, ejecutar del modo adecuado, dicha normativa. Eso incluye que el titular de la concesión, es quien se encarga de avisar, con una hora y media de antelación, de que se va a producir una suelta de agua y de qué cantidad se va a soltar.