La Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ha ejecutado 60 actuaciones destinadas a paliar los daños de las riadas de junio y a fin de 2010 habrá invertido más de 13 millones de euros en trabajos de restauración y limpieza de cauces.

Según destaca el organismo en nota de prensa, se trata de una inversión "sin precedentes", que incluye las actuaciones con cargo al Plan Nacional de Restauración de Cauces, así como al Plan E. A ello hay que añadir la partida extraordinaria de 5 millones de euros recientemente aprobada por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), destinados a trabajos de emergencia por daños derivados de las riadas de junio en todo el ámbito territorial de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico.

Desde el organismo se incide en que la gestión del riesgo de inundaciones constituye un área "muy importante" dentro de su actividad.

Y es que para CHC, si bien los trabajos de limpieza y acondicionamiento de los cauces tienen un papel importante en el comportamiento de los ríos durante las crecidas, "no son una solución milagrosa ante la descarga de las habituales lluvias en la cornisa cantábrica, pues, la orografía el comportamiento fluvial de esta cuenca y la densa ocupación de las vegas conllevan por un lado, que los desbordamientos se produzcan en cuestión de pocas horas, y por otro, que la cantidad de los bienes expuestos aumente exponencialmente la magnitud de los daños producidos".

Así, el MARM autorizó a finales del pasado mes de septiembre una partida extraordinaria de 5 millones de euros destinados a actuaciones de emergencia para paliar las consecuencias de las riadas en todo el ámbito territorial del cantábrico afectado por las inundaciones, no sólo para Asturias.

Estos trabajos son fundamentalmente de retirada de material y de dragado de los ríos más conflictivos. Además, se invertirán unos 600.000 euros en el refuerzo de varios encauzamientos que resultaron dañados tras el temporal, así como otros 650.000 para la reparación y el refuerzo de las estaciones de control.

En limpiezas y retirada de material en cauces (1,3 millones de euros) se han ejecutado 47 actuaciones, de las que hay actualmente 24 en curso y se realizarán otras 17 hasta final de año. En cuanto a los dragados (2,2 millones) se realizarán 18, de los que ya se han ejecutado ocho en que afectan a los núcleos de Argame, Mieres, Pola de Lena, Colunga, Ribadesella, Cangas de Onís y Parres. El resto están en ejecución o para iniciarse, pero en todo caso, todos habrán concluido antes de fin de año.

Asimismo, en cuanto al refuerzo de encauzamientos (600.000 euros), se llevan a cabo cuatro actuaciones que afectan a los encauzamientos de los ríos Nonaya, Turón, Linares y Aranguín; mientras que las inversiones de reposición y ampliación de las estaciones de control alcanzan los 650.000 euros.

Igualmente, se realizan actuaciones de mantenimiento y limpieza de cauces, de tal modo que durante el presente ejercicio se han ejecutado actuaciones por valor de 6,7 millones de euros, al margen de los trabajos ejecutados a tenor de los daños producidos por las riadas de junio, incluyendo obras de defensa, restauración de riberas y mantenimiento de cauces; así como actuaciones de protección de áreas inundables.

En periodos de alerta, como el reciente temporal de lluvia, la CHC colabora con los organismos implicados en la gestión de emergencias (112, Delegación de Gobierno, Ayuntamientos), remitiéndoles informes puntuales del comportamiento de los ríos, intentando facilitar su labor. Tras las recientes crecidas, la CHC complementará sus intervenciones orientando la prioridad hacia la ejecución de trabajos en los espacios que se han visto nuevamente afectados por los daños de las crecidas.

Asimismo, durante la primera mitad de 2011, en cumplimiento de la Directiva de gestión de riesgos por inundación, la CHC someterá a información pública el primer documento de los nuevos planes de inundaciones, delimitando las áreas de riesgo significativo seleccionadas para la elaboración de dichos planes, en los que deben fijarse las actuaciones a desarrollar para hacer compatible las crecidas naturales de los ríos con los desarrollos urbanos, las infraestructuras y los usos vulnerables a sufrir daños por inundación.