El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afronta este martes las elecciones de mitad de mandato, nombre por el que se conoce a las elecciones legislativas por las que se renueva toda la Cámara de Representantes (435 escaños), algo más de un tercio de los asientos del Senado (37 de los 100 que hay en total) y los puestos de Gobernador en 37 estados.
Los colegios electorales de la costa Este fueron los primeros en abrir, a las seis de la mañana (11.00 hora española), mientras que los últimos en cerrar serán los de Alaska y Hawai, el miércoles a las 5.00 hora española.
¿Qué está en juego en estas elecciones?
Los comicios coinciden con el ecuador del mandato presidencial y se emplean para calibrar la gestión del presidente de turno, ya que si se produce un gran vuelco en la Cámara de Representantes, el partido en el poder pierde gobernabilidad y puede ver frenadas algunas de sus iniciativas al no tener el apoyo suficiente. En este caso, las urnas medirán también la influencia real del Tea Party, el movimiento ultraconservador que ha ganado fuerza en los últimos meses y que amenaza con bloquear los proyectos del presidente.
¿Quién es el favorito?
Obama se encuentra ante uno de los peores escenarios posibles, ya que se prevé un fuerte avance de los republicanos que, según la última encuesta de Gallup, parten con una intención de voto del 55%, frente al 40% de los demócratas. De confirmarse esta tendencia, los republicanos podrían lograr los 39 escaños que necesitan para obtener la mayoría en la Cámara de Representantes, aunque parece difícil que sumen los 10 escaños que requeriría ganar la mayoría del Senado.
En la ventaja de los republicanos influyen muchos factores, como la irrupción del Tea Party, el giro de los independientes al republicanismo, la aparición de los poderosos grupos externos de financiación republicanos y la campaña realizada por el Partido Demócrata, que no ha logrado distanciar la figura del presidente Obama, ahora en sus niveles más bajos de popularidad, de la mala opinión que la población tiene del Congreso.
¿Qué ocurre si Obama pierde?
El presidente tendría muy difícil sacar adelante la reforma sanitaria y la financiera, algunos de sus proyectos más importantes, puesto que para aprobarlas necesita la connivencia de las dos cámaras. No obstante, el voto de castigo brinda una segunda oportunidad al presidente, ya que se le da opción de rectificar y mejorar en la segunda parte de su mandato.
Si se cumplen los pronósticos, la presidencia de la Cámara de Representantes vivirá también un cambio drástico. La incansable defensora de la clase media, Nancy Pelosi, dejaría su puesto al congresista por Ohio John Boehner, que ya ha adelantado que no quiere negociar con la Casa Blanca y los demócratas ninguna de las prioridades de la agenda política de los republicanos.
¿El fin del 'Yes, we can'?
Pese a los problemas que encontrará Obama de confirmarse la victoria republicana, cabe destacar que prácticamente todos los gobernantes han perdido las elecciones de mitad de mandato (sólo Bush tras el 11-S y Roosevelt en 1934 mantuvieron el poder en ambas cámaras). Es más, si finalmente consigue mantener el poder en el Senado, será la primera vez en 80 años que no cambia el liderazgo simultáneamente en ambas cámaras.
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