El coordinador de Izquierda Unida de Castilla y León, José María González, ha comparado este jueves el proyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad para 2011 con un "roscón de reyes con sorpresa" que "puede costarle la dentadura" al ciudadano "que lo meta en la boca sin prevención".

En un comunicado recogido por Europa Press, González consideró que el proyecto de Presupuestos es "un típico roscón de reyes con regalo sorpresa" que "puede costarle la dentadura al incauto ciudadano que lo meta en la boca sin prevención".

A su juicio, lo primero que salta a la vista es la explicación recibida por los sindicatos acerca del recorte salarial de los empleados públicos, punto en el que cuestionó, tras los cálculos realizados por el Jefe de Servicio de la dirección General de Presupuestos, si los funcionarios de la Junta cobrarán un 20 por ciento menos el próximo año, lo que supondría que la Junta "recortaría cuatro veces más que la Administración Central los sueldos de los funcionarios".

Los Presupuestos, a su juicio, están "encogidos a la mínima expresión" puesto que "su reducción real no es el 5,02 por ciento sino del 7,01 por ciento" dado que se incorporan los "supuestos" 211 millones el Fondo de Cooperación a los que Castilla y León "tiene derecho" mientras "se reduce en diez puntos la participación del sector público en el PIB".

Tras criticar que con este hecho se pretenda "la cuadratura del círculo" y aclarar que el "encogimiento del sector público" no conlleva "crecimiento económico", González se refirió una de las medidas del proyecto, la del beneficio fiscal de 300 euros por contratar empleadas del hogar por familias con más de tres hijos.

"Estamos ante un caso sangrante. Una familia con buenos ingresos que les permite arreglar la casa y tener una empleada de hogar puede ahorrarse unos 1.800 euros anuales. Hablamos de familias con un nivel de vida por encima de la media, no de un sector social en el umbral de la pobreza. Resultado: se regala a la clase alta 311 millones de euros que podrían dedicarse a políticas de empleo o a programas de ciencia y desarrollo tecnológico, por ejemplo", criticó.

Por ello y "en vez de regalías para los pudientes", IU propuso de nuevo la recuperación de los impuestos de sucesiones y de patrimonio, el refuerzo de la inspección tributaria para reducir el fraude e incrementar el tramo del IRPF en dos por ciento para rentas superiores a 60.000 euros, un diez por ciento para las que rebasan los 10.000 y un 13 por ciento "para rentas de más de 120.000 euros", que a su juicio sería repartir el peso de la crisis equitativamente".