Los investigadores de la Universidad de Extremadura (UEx) José Luis Pérez Bote, Antonio José Romero Castaño y Mariano Javier Perianes Carrasco han publicado el libro 'Especies invasoras en Extremadura' que recogen por primera vez las principales especies exóticas que amenazan la biodiversidad de la región, tanto hongos, como plantas y animales.

La obra destaca que, tras la destrucción del hábitat, la introducción de este tipo de especies "constituye la mayor amenaza para la flora y fauna autóctonas", y a lo largo de sus páginas, se detallan los motivos de su llegada, los impactos que ocasionan en los ecosistemas receptores y las principales medidas de control y erradicación.

Entre las causas, José Luis Pérez Bote señala que son muy numerosas y la mayoría intencionadas, como el caso de las especies ornamentales como es el caso de los peces; de interés cinegético o piscícola o forestales, aunque destaca que también llegan de forma no intencionada, como aquellas especies que viajan en los vehículos, como los mosquitos; las embarcaciones, es el caso del mejillón cebra; o embalajes, como nematodo del pino.

Explica la UEx en nota de prensa que las llamadas especies invasoras tienen un "impacto tanto económico como biológico" sobre el ecosistema extremeño.

Así, en el terreno económico, recuerda Pérez Bote que "sólo hay que considerar que la retirada del camalote ha costado 18 millones de euros", y en el caso de la almeja asiática, señala que ya "provoca daños en infraestructuras hidráulicas y el establecimiento del nematodo del pino supuso la tala de cientos de pinos cuando se estableció el perímetro de seguridad".

Tala de árboles

En un futuro próximo, ha calculado que la expansión del hongo que provoca la enfermedad de la seca de la encina "supondrá la tala de miles de árboles".

"A ello, habría que añadir el gasto que conlleva la eliminación de alientos, chumberas o cañas de la carreteras por la diputaciones o ayuntamientos", apunta el investigador, quien resalta además que en el ámbito biológico, estas especies desplazan y/o extinguen a las originarias, como ocurre en el caso de los peces o las náyades.

Destaca la UEx que la introducción de especies invasoras "ha llegado hasta tal punto que la gente considera a muchas de ellas autóctonas o naturalizadas", como son los eucaliptos, la caña, la chumbera, la hierba de las pampas, la carpa, la tenca, el black-bass, el muflón, el gamo, el visón americano, el hongo que provoca la seca de la encina, etc.

Ante esta situación, considera que el primer paso que deben dar, tanto las autoridades como la sociedad en general, es "concienciarse del daño que suponen", y a partir de ahí "habría que realizar un censo con, al menos, las más peligrosas y establecer planes de eliminación y control cuando fuera posible", señala.

"Las únicas medidas en la región dignas de mención han sido la extracción del camalote en el Guadiana y la tala de eucaliptos en Monfragüe. Las otras son anecdóticas", ha destacado Pérez Bote, quien ha considerado "prioritaria" la elaboración del catálogo de especies invasoras en Extremadura, así como "llegar a las administraciones y al público en general para evitar introducciones no intencionadas", señala.

Y es que, según ha destacado, la eliminación de la mayoría de especies exóticas "es imposible, pero se puede actuar en zonas sensibles, como tramos de los ríos, zonas de interés botánico o zoológico".