Tarragona 'borra' el Hostal del Sol de la zona más noble de su paisaje urbano

El derribo del histórico Hostal del Sol, una torre de ocho plantas abandonada desde hace más de treinta años en las inmediaciones del Museo Arqueológico Nacional y las murallas romanas de Tarragona, ha comenzado esta tarde tras décadas de reivindicación social para eliminar el impacto antiestético del bloque sobre el paisaje de la ciudad.

El derribo del histórico Hostal del Sol, una torre de ocho plantas abandonada desde hace más de treinta años en las inmediaciones del Museo Arqueológico Nacional y las murallas romanas de Tarragona, ha comenzado esta tarde tras décadas de reivindicación social para eliminar el impacto antiestético del bloque sobre el paisaje de la ciudad.

El alcalde, Josep Félix Ballesteros (PSC), ha estado presente en el inicio de los trabajos, que permitirán la ampliación del Passeig de Sant Antoni, una de las áreas más turísticas de la Tarraco Patrimonio de la Humanidad, con una nueva plaza-mirador y una zona verde que dará continuidad a la pérgola de un pequeño parque municipal y a los jardines de la Diputación.

"En los años 90 se redactó un proyecto residencial, pero es una apuesta de este Ayuntamiento crear un espacio público de gran calidad, acorde a la nobleza de esta zona", ha explicado. Según Ballesteros, la demolición podía haber comenzado antes, pero han preferido esperar al final de las fiestas de Santa Tecla para evitar las incomodidades propias de una intervención de esta envergadura.

El derribo, encargado a la empresa especializada TCSA Transcornejo con un presupuesto de casi 150.000 euros y dos meses de plazo de ejecución, se realizará manualmente desde una plataforma de 40 metros hasta llegar a la primera planta. "No es una obra cualquiera y hemos buscado absolutas garantías para las viviendas adyacentes, entre ellas la Casa Ripoll, catalogada por su fachada modernista", ha añadido.

"La actuación en el Hostal del Sol se complementa con la rehabilitación de la Ciudad Jardín —en la pendiente cercana que asciende hacia el Hostal—, que no se había tocado en décadas, por lo que la mejora será enorme" ha afirmado. El Ayuntamiento estudia conectar ambas zonas mediante unas rampas ajardinadas, lo que daría acceso directo hacia la playa del Miracle.

El concejal de Urbanismo, Xavier Tarrés, ha avanzado que las áreas técnicas de Medio Ambiente y Urbanismo ya trabajan en el proyecto. "El Ayuntamiento decidirá en las próximas semanas si aprovecha la edificabilidad de los solares con un sistema de terrazas bajo el nivel del Passeig de Sant Antoni, o traslada esos derechos urbanísticos a una parcela de aproximadamente 2.000 metros cuadrados junto al campo de fútbol del Nàstic; lo más probable es que nos decantemos por la segunda opción".

En ambos casos, la venta de ese suelo "permitirá al Ayuntamiento de Tarragona recuperar los 1,7 millones que pagó al propietario de la torre y el coste del derribo", ha destacado Tarrés.

Los trabajos de vallado y acondicionamiento del solar para la demolición comenzaron hace ya una semana, y se ha cortado el paso de peatones en un tramo del Passeig de Sant Antoni y prohibido el aparcamiento en batería a lo largo de unos 150 metros para dejar espacio al movimiento de maquinaría pesada, que ya ha comenzado a demoler los muros exteriores del complejo.

En la última semana de agosto se firmó el decreto de Alcaldía del Ayuntamiento de Tarragona que ordenaba el derribo del Hostal tras décadas de pleitos y negociaciones con las familias propietarias de las tres fincas afectadas. Durante estos años, el Hostal de Sol ha sufrido incendios, asaltos de 'okupas' y quejas vecinales por la degradación del entorno.

Dada su privilegiada ubicación, el derribo ha sido una demanda social constante, recogida por todas las fuerzas políticas en sus programas electorales. Una sentencia de 1998, ratificada cuatro años después por el Tribunal Supremo, dictó que el impacto estético del hostal afecta a las murallas y al antiguo baluarte militar de Sant Climent.

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