Un bocinazo a las 8:02 de la mañana confirmaba que la perforadora del 'plan B' bautizada como "La Liebre" por su rapidez, había llegado hasta el lugar donde se encuentran atrapados los 33 mineros chilenos desde hace 64 días.  Según fuentes oficiales, se esperaba el rompimiento la mañana de este sábado. Momentos antes, se había pedido a los mineros que se alejasen de la zona donde se produciría el rompimiento.

Al conocerse la noticia, el campamento "Esperanza" se convirtió en escenario de emoción y júbilo. Los miembros del equipo de rescate saltaron alborozados y los familiares, que habían pasado la noche en vela para seguir el avance de la perforación, corrieron hasta el cerro donde están clavadas las banderas en recuerdo de los mineros.

Aunque el ministro de Minería no confirma todavía el tiempo que tardarán en rescatar a los mineros, se necesitarán al menos dos días para sacarles a la superficie, uno a uno, en cápsulas especiales apenas más anchas que los hombros de una persona.

Los operarios iniciaron este viernes su avance final hacia los 624 metros donde se encuentra el taller subterráneo del que serán rescatados los 33 obreros. "Los últimos metros son los más difíciles" y por eso hay que extremar las precauciones, detalló el ministro de Minería, Laurence Golborne, a primeras horas de la mañana. Explicó que por este motivo, el avance de la perforadora del llamado "Plan B" ha sido más lento de lo habitual.

Golborne indicó que una vez que esté terminado el pozo por el que los mineros saldrán a la superficie, habrá que reforzar las paredes con tubos metálicos en un tramo inicial de, al menos, cien metros.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, explicó que conversarán con los mineros para explicarles los argumentos de los especialistas, que prefieren que primero salgan los mejor preparados, después los más débiles o delicados de salud, y finalmente los más resistentes.

La noticia sobre la inminente salida de los trabajadores sepultados a casi 700 metros de profundidad fue recibida con alegría y expectación por los cientos de familiares instalados en el campamento "Esperanza". Según La Tercera, las familias han tocado las bocinas y se han acercado corriendo hasta el cerro donde están las 33 banderas en honor a los mineros para celebrar el rompimiento.

La esposa del mandatario chileno, Cecilia Morel, ha declarado a TVN que los familiares tienen "una alegría muy alta, mezclada con mucha ansiedad". "Mi idea es tratar de contribuir como orientadora familiar que ha trabajado tantos años con mujeres a transmitirles algo de calma y paz", señaló Morel, quien expresó su malestar por comentarios que vinculaban de manera interesada su llegada con la ruptura de los últimos metros del pozo.