La cosecha de Bizkaiko txakolina superará ligeramente los 1.240.000 litros elaborados el pasado año

La denominación de origen Bizkaiko Txakolina ha anunciado que, a pesar de que este año la producción de txakoli por hectárea será menor que en 2009, la entrada en producción de nuevos viñedos va a permitir que, en términos absolutos, la cosecha 2010 supere ligeramente los 1.240.000 litros elaborados el año pasado.

La denominación de origen Bizkaiko Txakolina ha anunciado que, a pesar de que este año la producción de txakoli por hectárea será menor que en 2009, la entrada en producción de nuevos viñedos va a permitir que, en términos absolutos, la cosecha 2010 supere ligeramente los 1.240.000 litros elaborados el año pasado.

En un comunicado, Bizkaiko Txakolina ha indicado que "todo apunta a que la cosecha 2010 resultará ligeramente más larga que la anterior y permitirá disfrutar de un Txakoli de Bizkaia de gran calidad".

Desde mediados de la semana pasada, la actividad en viñedos y bodegas de Bizkaia viene denotando que productores y elaboradores de Txakoli de Bizkaia ya están "metidos de lleno en plena vendimia". "Una labor de recolección que será especialmente intensa a lo largo de este próximo fin de semana, puesto que en estos días se vendimiará gran parte de la cosecha. Una campaña que se prevé corta, en cuanto a producción por hectárea, pero de gran calidad", han indicado.

Las abundantes lluvias del mes de junio incidieron negativamente en la fase de floración de la vid. El exceso de lluvia impidió que todas las flores llegaran a cuajar en granos, lo que generó racimos menos compactos. Esto originó una pérdida de producción que ha resultado "imposible" de recuperar.

Un año más, la complicada climatología "se ha encargado de recordarnos lo difícil que resulta la producción de uva de calidad en Bizkaia", ha señalado.

No obstante, el verano ha resultado seco y soleado, lo que ha permitido que la uva que quedó en las cepas haya madurado correctamente. Especialmente beneficiosa ha sido la primera quincena del mes de septiembre en la que apenas ha llovido, ha lucido mucho el sol y se ha dado una considerable amplitud térmica entre el día y la noche, lo que ha resultado decisivo para que la uva alcance el grado "óptimo" de maduración.

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