La conselleira de Sanidade, María José Rubio, anunció ayer un cambio de estrategia en la lucha contra la drogadicción. La primera medida ha sido aumentar un 10%, hasta 4 millones de euros, las ayudas a 25 asociaciones que desarrollan tratamiento, prevención e inclusión, como la coruñesa Aclad o Alborada, en Vigo.

Asimismo, la red de acogida de la Xunta se integrará progresivamente en el Sergas (Servizo Galego de Saúde). «Es el paso normal y más lógico», valora el médico de la asociación Asfedro, de Ferrol. «Significa normalizar la dependencia y tratarla como una enfermedad», añade.

El porro, socializado

El clásico yonqui enganchado a la heroína es una especie en extinción. Sin embargo, el consumo de cannabis se socializa, y la media de edad para iniciarse ya está en los 17 años. «No está mal visto, y hasta hay establecimientos en los que te permiten fumarlo», asegura Roberto Artabe. «Y además sigue siendo la vía de entrada a otras drogas», añade.

El grupo de edad que más lo consume se sitúa entre los 19 y los 24 años, y la Xunta ha editado varias guías informativas para padres y escolares para atajar el hábito.

Pero la droga que más preocupa es la cocaína: cada vez hay más adictos y «no hay medicación para desengancharse», dice el experto.

Varón, 30 años, policonsumidor

El toxicómano gallego es varón de 30 años, sin antecedentes familiares conflictivos, separado, con hijos y un nivel de estudios básicos. No es adicto a una sola sustancia, sino que es policonsumidor. El tándem tabaco-alcohol es el más habitual, y se asocia con el cannabis. Pero cada vez se detectan más cócteles de psicoestimulantes: cocaína, drogas sintéticas, anfetaminas... El abuso del alcohol, por otra parte, desciende.