La CEP lamenta el no reconocimiento de dos policías nacionales gravemente heridos en acto de servicio

La Confederación Española de Policía (CEP) en Sevilla ha manifestado su "más enérgica protesta" ante la negativa en la concesión de la medalla al merito policial a dos funcionarios destinados en la provincia y que fueron heridos de gravedad en el año 2005, según un comunicado de la organización con motivo de los actos de la Festividad de los Santos Ángeles Custodios, patrón del Cuerpo Nacional de Policía.

La Confederación Española de Policía (CEP) en Sevilla ha manifestado su "más enérgica protesta" ante la negativa en la concesión de la medalla al merito policial a dos funcionarios destinados en la provincia y que fueron heridos de gravedad en el año 2005, según un comunicado de la organización con motivo de los actos de la Festividad de los Santos Ángeles Custodios, patrón del Cuerpo Nacional de Policía.

"Más lejos de premiar la entrega y dedicación diaria de hombres y mujeres que realizan sus funciones hasta lo sobrenatural, en el listado se recogen un paripé de estas, a personajes, personajillos y demás títeres del circo que a ellos los manejan", señala la CEP, que lamenta el no reconocimiento de dos policías que en el año 2005 pusieron su vida en peligro en una actuación "compleja, mediática y singular en las tres mil viviendas". La actuación se saldó "un funcionario jubilado con 30 años de edad e invalido de por vida por los disparos que le destrozo la rodilla y el otro compañero con cambio de destino y una larga rehabilitación".

"Claro, tienen más riesgo los cientos de administrativos, conserjes, dueños de empresas de seguridad privada, miembros del Ejercito, políticos, camareros que ejercen su actividad unos con mas dignidad que otros y que no forman en ningún caso parte de los miles de hombres y mujeres de esta bendita institución", ironiza la organización.

"Este tipo de decisiones que no hacen más que ahondar en la baja moral de todos los nuestros, que el valor de un trozo de metal que es casi sagrado se consagre como algo banal, mísero y repugnante y más si viene precedida por una resolución de alguien que se sienta detrás de una mesa en un gran despacho y las ve venir sin riesgo ni peligro", concluye la CEP.

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